Frontispicio

Ancelotti es, no lo olvidemos, apuesta personal de Florentino

30 noviembre 2014

Récord, pero merecimos más


Málaga 1 – Real Madrid 2

Málaga recibió en contra de su costumbre: frío y lluvia. El equipo llegó con menos descanso que nadie. Y por fin lo denunció Carlo, que es más mourinhista de lo que parece. Alineación de gala, dentro los condicionantes. Porqué Isco, el boquerón, en sólo dos partidos ya ha dejado claro que el hueco de Modric no lo llena él, le pertenece.

Atrás quedaron aquellos inicios aburguesados de otros tiempos. Este equipo sabe y quiere ganar, mientras antes, mejor. Mientras más, mejor. A los 3 minutos el desconcertante Bale ya había avisado a Kameni de que iba a ser una noche de perros. Y lo fue para el camerunés. El Madrid es especialista en casting de porteros rivales y el malaguista de ayer pasó con mejor nota (como es tristemente habitual) que el nuestro.

Casillas, demostró de nuevo que las suplencias, pese a su indiscutible veteranía, son para él como el microondas para el pescado, lo abotargan y reblandecen. En un partido de sólo regular exigencia dio muestras de lo mejor y lo peor. Lo mismo te saca de dentro – no sé si entró – un balón imposible, como casi se mete un tiro de niño de cuarto de primaria. Seguiremos esperando a Carlo.

Enfrente teníamos un Málaga culérizado, con continuas reclamaciones, manos en alto, caídas teatrales (desde aquí reclamamos el Óscar para Castillejo por sus continuos e insistentes chapuzones) y demás parafernalia que creíamos desterrada pero que aún dan sus frutos, y más si son contra el Madrid. Si no, que se lo pregunten a Isco Boquerón, perdón, Alarcón. No obstante, los malacitanos no perdieron en ningún momento la cara al partido, y habría que recordar que otros aspirantes se dejaron aquí dos puntos no hace demasiado.

En otros tiempos de incertidumbre, quizás este partido hubiera muerto en tablas, quizás. Pero con este Madrid, no. Este equipo es una máquina de hacer fútbol tan plena de talento como de entrega, tan llena de ambición como de humildad para ayudar al compañero, tan letal a la contra como imperial en el manejo del partido. Un equipo pleno de juventud madura y experta. Un señor equipo.

Los que vieron a Cristiano fallar ayer lo que falló, grábenlo. Porque no volverán a verlo otra vez. Pero el Balón de Oro, curiosamente, no hizo demasiados aspavientos quejándose de su mala estrella, ayer no. A cambio ofreció un partido pleno de entrega y generosidad, con el equipo y con sus compañeros de delantera. Ya saben sus próximos rivales lo que les espera: hoy no marcó. Sólo se limitó a asistir a Benzemá y Bale. Sólo eso.

Ayer se batió un récord, si, pero lo mejor, estoy seguro, está por llegar. A por ellos.

Me gustó: Isco y Kroos, Kroos e Isco. Fantásticos. Además me encantó comprobar que por fin una grada aclamara a un exjugador que los abandonó por el Real Madrid. Ya está bien de que encima que dejamos la chequera, quedemos como explotadores coloniales.

No me gustó: Los laterales no acaban de llegar a la media del equipo. No es que estuvieran mal, pero desmerecieron el conjunto. De Casillas sólo espero que hable Carlo. Y del árbitro, a Sánchez Arminio.

Pepito Grillo: Esta semana hemos asistido a dos polémicas en el madridismo, una externa y otra interna. A falta de argumentos deportivos para rajar, buscamos en los detalles, que es donde está el demonio. La externa es la eliminación de la cruz del escudo en una tarjeta. Polémica ya vieja, de marzo de 2012, que nuevamente sale a la luz. No creo que sea conveniente renunciar a un símbolo de tu identidad por dinero. El Real Madrid es y debe ser un club transversal y con estas decisiones sólo se contribuye a asumir criterios religiosos donde sólo hay deporte. Somos un club tolerante y sólo quienes negocien desde esa exigencia son dignos de compartir nuestro escudo.

La interna es la persecución y crítica de que ha sido objeto la Asociación Primavera Blanca. Nunca comprenderé la obsesión cainita y la lucha de egos que históricamente sufre este madridismo, tan universal en sus planteamientos como paleto en sus cuitas de portales de barrio. Este enfrentamiento, aunque tan ínfimo y reducido que estoy convencido que el 80% del madridismo ni se ha enterado, afecta a la grada de animación. Por eso me preocupa. Proyecto ilusionante que al parecer no interesa defender por tantos que tachan como “pipero” al Estadio. Cordura, por favor. Y mesura en el ego por parte de todos.


Franciscus: Jesé, Bigflow, será determinante en abril. Hoy casi nadie se acuerda de él, pero nos refrescará la memoria brutalmente con su fútbol.

25 noviembre 2014

En modo Imperium


 Eibar 0 – Real Madrid 4

El Eibar tampoco es piedra de toque. Ni se tropezó en ella. Los agoreros, esa especie tan prolífica, advertían de la dificultad de la empresa: Vascongadas, campo pequeño, pierna fuerte, equipo aguerrido..................... patatín, patatán. Parecía que Eibar era la aldea pequeña gala de Axterix y Obelix y el Real Madrid las legiones de César, poderosas, pero condenadas a la hecatombe. Pero en esa historia hay un cambio pequeño, aunque trascendental: La poción mágica la tiene el Madrid y se llama CR7.

Y eso son palabras mayores. Aunque fue Bale, que como Obelix no necesita de la poción, quién se disfrazó de superhéroe al iniciarse el choque. Suyas fueron las primeras embestidas, el empezó a bombardear Ipurua. La maquinaria con CR7 se activó y empezó su lento pero inexorable camino hacia la goleada, 1,2,3 y 4. Y con cada gol los rivales empequeñecían, las gradas perdían un poco más de ánimo pueblerino endomingado y la sentencia se tornaba más y más implacable.

Cristiano visitó Eibar. Ya tienen para contarle a sus nietos. Lo de jugar en Primera sería una anécdota sin ese gran detalle. Ya pueden contarle que vieron a un equipo que jugaba al fútbol en modo Imperium, conquistando reinos inaccesibles, derribando murallas y haciendo que su mensaje sea cada vez más universal, más claro, más irreprochable, bajo el bastón del César Ancelotti.

Ancelotti volvió a burlarse de los ráppeles mediáticos de turno y eligió lo que todos querían pero curiosamente ninguno pronosticaba. Fue Isco quién suplió la trascendental baja de Modric. Y lo hizo bien, gracias a la similitud de sus condiciones y técnica. En los cambios, optó por tres soluciones defensivas y nadie le tachó de italiano, que también es curioso. Sentó a CR7 y nadie cayó en la cuenta de que su, al parecer, proverbial egoísmo le pusiera mala cara. Todas son buenas noticias. Cuando el asunto está bueno, hasta los machos dan leche, que dicen los vaqueros de mi tierra.

Me gustó: Kroos, imperial. Partidazo el suyo, pleno de poderío, visión de juego y recuperación. Inabordable. James muy bien.

No me gustó: Carvajal dejó dudas. Le está costando tras la lesión. A principios de temporada su superioridad sobre Arbeloa era manifiesta, hoy no lo es tanto.

Pepito Grillo: Formas de entender el “madridismo”. Es muy curioso como cuando Xabi Alonso se marchó a un rival directo, sobre la campana, casi con nocturnidad y alevosía, en lugar de afearle el hecho, la gran mayoría apuntaron sus invectivas al Palco, mandando de paso loas al donostiarra por “lo que nos había dado”. Ahora sin embargo por el simple hecho de dar una opinión, que debe ser respetable como todas, le tildan de antimadridista, de Judas, de traidor. Nunca comprenderé como para algunas cosas, tenemos piel de rinoceronte y para otras una piel más etérea que la moralidad de Urdangarín.

Otra sorpresa. Isco jugó con la Selección, fue referente, hizo un partidazo, marcó un gol antológico. Demostró en suma que puede y debe ser el líder emergente de España. Sin embargo, el debate era si debía quitar el sitio como titular a.......................... Bale. Hombre, digo yo que con los antecedentes el debate debiera ser si el titular en el próximo partido de la Selección debe ser Isco o Iniesta ¿no?. Ayyyy con la madriditis.................. Como dijo un sabio, nunca debemos competir con los imbéciles, tienen mucha más experiencia y siempre te ganan.

Para terminar, la imagen de la jornada fue ese padre en Eibar, con su pequeño, ambos ataviados con la camiseta local. Con el segundo gol de Cristiano, el chaval celebraba con jolgorio, brazos en alto. El padre, muy preocupado, trataba de apaciguar al festivo niño con apercibimiento de pérdida de la play, de la cena y del regalo de los Reyes Magos. Vanos intentos. El Madrid lava más blanco que el Ariel.

Franciscus: Cristiano será Balón de Oro. Muy fácil, ¿no? Pues venga, más difícil: Messi estará en el podium, pese al horrendo año. Y Kroos. El orden aún no sale en la bolita de cristal.


15 noviembre 2014

El mejor: debate bizantino


Como esta semana no ataca mi Madrid, y no voy a ser menos que Jesús Bengoechea que atiende escrupuloso su cita semanal con sus lectores, afronto el reto de hacer una entrada semanal sin fútbol por medio. Y el tema elegido es el debate sobre que o quién es el mejor.

Un primer ejemplo que ilustrará nuestra tesis sabatina: Carlsberg es una marca de cervezas que hizo una gloriosa campaña de marketing con ese lema de “Carlsberg. Probablemente, la mejor cerveza del mundo”. La palabra clave en el aserto es “probablemente” y su inclusión en el eslogan. Y su inclusión es obligatoria porque en publicidad está prohibido alardear de ser el mejor, si tal condición es indemostrable.

Otro ejemplo: Hace tiempo conocí a un señor muy mayor, casado con una mujer casi nada agraciada y bastante mayor también. Pese a todo, era muy celoso con la misma. Un amigo, sorprendido por la ferocidad del sentimiento, le indicó que le extrañaban sus celos cuando su mujer parecía poco propensa a recibir propuestas de terceros y el le contestó: - Si a mi me gusta, ¿porqué a otros no? Y el amigo calló y asintió ante la lógica aplastante de la respuesta.

Para gustos, colores, que dirían nuestros abuelos. Mi mejor casi nunca coincide con tu mejor, y es lógico y saludable, pues lo contrario sería convertir este mundo tan variado y vivo en algo uniforme, aséptico y gris.

Todo lo anterior viene a colación para probar mi tesis sobre la inutilidad y futilidad de debates que, periódicamente, pueblan el universo mediático-deportivo español. Ahí prenden, se desarrollan, mueren y vuelven a reproducirse preguntas tan irreales como las siguientes:

·        ¿Es Messi mejor que Cristiano?
·        ¿Es Cristiano mejor que Messi?
·        ¿Es Messi el mejor jugador de la historia?
·        ¿Es Cristiano Ronaldo el heredero de Di Stéfano?
·        ¿Es Xavi Hernández el mejor centrocampista de la historia?
·        ¿Es Iker Casillas el mejor portero de la historia?
·        ¿Es el Barca de Guardiola el mejor equipo de la historia?
·        ¿Es el Madrid de Ancelotti mejor que el Barca de Guardiola?

Si la cátedra de estudios mediáticos de la Universidad de Stamfordhire hubiera tenido presupuesto para analizar todas esas propuestas, y otras parecidas, en lugar de dedicar sus esfuerzos a algo tan loable como el papel de la oruga camaleónica en la polinización del tomate raf, nos asustaría conocer la millonada de minutos de radio y televisión que cuestiones “tan trascendentales” como las expuestas han sido despilfarrados.

Y para contribuir a desterrar de una vez por todas, tanto debate estúpido, aporto desde aquí mi pequeño granito de arena, proponiendo cuestiones comparables a las enunciadas antes:

·        ¿Es Velázquez mejor que Goya?
·        ¿Es mejor Goya que Velázquez?
·        ¿Es Picasso el mejor pintor de la historia?
·        ¿Es Hamilton el heredero de Senna?
·        ¿Es la Puch Minicross el mejor ciclomotor de la historia?
·        ¿Es la 5ª Sinfonía de Beethoven la mejor de la historia?
·   ¿Es la sinfonía nº  35, Haffner, de Mozart mejor que “Cien gaviotas” de Duncan Dhu?

Sobre el mejor, y para terminar, termino resumiendo mi propuesta. En mi opinión si se apostilla el mejor a algo o alguien, ha de ir acompañado de "para mí" como sufijo y no convertirlo en verdad universal.

Y si por el contrario ustedes quieren perder más el tiempo..............

¿Quién merece el Balón de Oro?


09 noviembre 2014

Todos contentos


Real Madrid 5 - Rayo 1

Tarde lluviosa en Madrid. Fue lo único negativo, por lo demás, perfecto. El Madrid goleó, Bale acabó con la gili-polémica en 8 minutos. Isco acabó con los redundantes en otros 8. Cristiano marcó su golito, que ya estaba el chico de los nervios. El portero del Rayo, pese a recibir cinco, salio como un héroe. Ramos volvió a marcar de córner. Casillas sigue invicto. Keylor hizo un Casillas de libro por ver si así accede a la titularidad (los caminos del señor son inescrutables). Medrán debutó en el Bernabeu y amagó con marcar. Kroos demostró que es el mejor centrocampista del mundo. Modric demostró que es el mejor centrocampista del mundo (que no es incompatible con lo anterior). Marcelo no dejó de sonreír. Nacho cumplió con nota. A James lo aplaudieron casi sin merecerlo. Benzemá vuelve a demostrar que Florentino sabe mucho de fútbol cuando impone su titularidad. Al árbitro no lo descuartizaron. Chicharito jugó, que en este Madrid es más que si te toca la pedrea. Pepe no dio motivos para criticarle, que con las ganas que le tienen, es mucho. Ancelotti ganó y sigue ganando al dictado de Florentino, poniendo a Bale y Benzemá. El presidente del Rayo sabe que fueron “superiores”. Jémez perdió jugando bien. Bueno demostró lo que debe un canterano del Madrid: jugar bien, marcar y siempre luchar. Mou está en Londres.

Y yo no me mojé demasiado.

¿Qué más se puede pedir?

Todos contentos y seguimos con el retrovisor.

02 noviembre 2014

Alegría en Los Cármenes


Granada 0 - Real Madrid 4

Empezó la jornada con el navajero Caparrós rompiendo el Marca en plena rueda de prensa. Habrá maneras más originales de hacerlo, pero mejores, pocas. Después, previo pescozón y recordatorio de cabezas de caballos en la cama, recompuso el gesto, pidió sumisamente perdón y en la siguiente rueda de prensa se dio tres golpes en el pecho, para así poder seguir siendo uno de los suyos. Habrá formas más originales de evitar un rapapolvo mediático por un 0-4, pero pocas más humillantes que esa.

Y en medio de todo este carnaval el Real Madrid endosó el predicho 0-4 a un Granada voluntarioso, pelín cerril, de pierna lenta en las disputas y que nunca descompuso el gesto, pues sólo le quedaba el acicate de marcar un gol al Campeón de Europa (habrá que repetirlo muchas veces, que parece que ya se ha olvidado), que no es poca meta, y a eso dedicó sus esfuerzos, baldíos pero ejemplares.

Todo esto en un clima previo y posterior de euforia merengue generalizada, que más recuerda a la celebración venturosa de una Primera Comunión, con sus regalos, sonrisas, alabanzas al blanco inmaculado de la niña y a la elegancia del traje de sus padres que a crónicas sobre el Real Madrid. Cuando el viernes me asomé a Internet, no daba crédito: todo eran alabanzas sin cuento, homenajes casi serviles y lisonjas indiscriminadas.

Sólo desentonaba, como el comentario sibilino de la vecina envidiosa en la Comunión, las posibles advertencias-reproches de la última moda respecto a la vuelta de Bale. Pero claro, para quién ha pasado lustros oyendo que el Madrid no juega a nada, es un equipo sin proyecto, el entrenador es un títere de Floper, sólo fichamos jugadores para vender camisetas, es un equipo violento, chulo, prepotente y sin señorío, que sus copas de europa, en minúsculas, son ánforas manchadas de sangre, esto es como un rasguño para Rambo, inapreciable.

Por ello, yo mismo me extrañé del súbito ataque de prudencia catastrofista que me embargó en la previa, eso que tanto critico en los demás. Los dientes me castañeteaban recordando cuantas veces habíamos sido el sábado anterior los mejores del mundo, durmiendo los lunes atiborrados de premios, el miércoles campeones de la Copa del Rey y el sábado....... batacazo. Parecía que ya habíamos ganado el viernes, de ahí el espectáculo teatral y vodevilesco de Caparrós.

Pero no, tan pronto supe la alineación de Carlo se disiparon mis temores, cual nube de vapor de olla express. La mejor forma de advertir a sus jugadores sobre la importancia del partido fue esa: No reservo nada, como si fuera la final de la Champions.Y ahí vi, una vez más, otro signo de la sabiduría de este italiano que, como el perro con el hueso (tu duro pues yo despacio) va torciendo espíritus críticos con la misma paciencia que los viejos trenzaban cestas de mimbre. Y mimbres tiene Carlo, para hacer no una cesta sino una tienda de ellas.

Y así pasó lo que pasó, pero que yo no pienso contar ya que todo el mundo lo vio. Sólo me quedó una imagen: la alegría inundando Los Cármenes, la alegría de esos niños que invadieron el campo buscando a sus ídolos como el eremita busca la razón de ser en el desierto. Esa es la gran victoria del Real Madrid y lo demás, lisonjas interesadas.

Me gustó: James. No sé cuantas autopistas más tendrá que hacer Floper en Colombia cuando se den cuenta los cafeteros que los timamos. Miedo me da.

No me gustó: Lo tardío, una vez más, de los cambios de Ancelotti. En un partido más que decidido, quién quita el cuerpo quita el peligro. O carrera que no da el caballo, en su cuerpo la lleva (hoy he amanecido refranero).

Pepito Grillo: Tebas y sus premios LFP. Los indios sintiéndose ninguneados, que me extraña mucho en una afición que hace mucho, mucho tiempo, asumió y dió por buena su definición de “el pupas”. Pero lo que más me llama la atención es el esfuerzo de los chupatintas mierderos en intentar señalar que todo esto es culpa, una vez más, del Madrid. No obstante todos tienen una parte de razón, pues la forma de gestionar estos premios es ampliamente mejorable.

 Con los millones de euros que presupuesta la LFP, ¿no se puede gastar unos miles en contratar a una agencia de transportes para que entregue y recoja, personal e indubitadamente, unos sobres con la votación, hagan que le firmen un recibí ochenta personas y hagan pública el acta de entrega y recogida? ¿Tan complicado es? Cualquier sociedad anónima de éste país, con menos de un millón de euros de capital social lo hace todos los años con motivo de sus asambleas generales, ¿no?

Otra cosa es que, en el fondo, todos pidan transparencia con la boca pequeña, pero no intenten siquiera explicar, por que no les interesa, claro, porqué todos los capitanes votaron a los blancos y no a los atléticos.


Franciscus: El Barca, pese a todo, será el rival a batir, no lo duden. Y no será fácil.

26 octubre 2014

Poderío blanco


Real Madrid 3 – Barcelona 1

El rito empezó auspiciado por uno de los tótems del madridismo actual: Arbeloa convocó a la afición en Concha Espina a las 4:30. Rito reciente y fundamental, lugar donde más crece la relación simbiótica entre jugadores y madridismo. Apretones, emoción, caballos relinchando, conductor sudoroso, gargantas al viento y palmetadas en el flanco del autobús blanco hacen posible que la adrenalina suba como el champán en Nochevieja. Concha Espina atestada es ganar por 1-0. Y si juega Cristiano, 2-0. No es mala renta.

El partido de ayer, como todas las buenas películas épicas, empezó con una desgracia y terminó in crescendo hasta la explosión final. Repaso y puñetazo en la mesa, ataque a la liga, exhibición de poderío. Poderío blanco, pues si el lunes empezaba expectante ante los retos de la semana, el domingo no puede ser más luminoso y jovial. Golear a domicilio a todo un Liverpool y rematar con una victoria sin concesiones ante el Barca es la mejor muestra de que la versión buena era la de la semana después de ganar la Supercopa al Sevilla y no la de los agoreros tras la derrota liguera contra el Atleti.

Ayer faltaban Bale, Jesé (cuanto añoro su vuelta) y Coentrao. Ancelotti lo fió todo al 11 titular, sin reservarse nada, pues si mirabas el banquillo sólo Chicharito ofrecía promesa de reacción, el resto jugador fiable, profesional pero sólo para aguantar, no para proezas. El Barca presentaba tres buenas noticias: Alves, Xavi y Suárez. Hace una semana le dije a un amigo culé que yo, con que jugaran los dos primeros me conformaba, y así fue.

La banda derecha azulgrana fue en todo momento como una playa de Cádiz, donde corren los amantes buscándose, amplia, luminosa y con la promesa final de un beso glorioso. Allí Marcelo e Isco encontraron tapete para exhibir todas y cada una de sus virtudes, los dos, quizás los más virgueros de la plantilla, trazaron toda suerte de arabescos, desmarques, regates imposibles, ruletas vertiginosas y paredes volátiles para marear tanto a Alves y Xavi que éste último sólo acertó a decir otra pamplina más intentando explicar el desaguisado. A estas horas se desconoce si fue por la desorientación postpartido o por ser así: todo un premio Príncipe de Asturias.

Si tras el descalabro inicial del gol de Neymar, Carvajal, Kroos y Pepe quedaron retratados, éstos tuvieron el resto del partido para congraciarse con una afición entregada, que me cuentan ayer estuvo más inspirada que nunca, cantando un himno de la Décima más potente que el Back in Black de AC/DC. Modric no necesitó de una gran actuación pues James volvió a ofrecer otro despliegue fantástico de entrega y calidad.

Y aunque realmente nunca sufrí, si hubo incertidumbre, pero sólo hasta el empate. De ahí en adelante, como el gol del 92:48, supe que la victoria era nuestra. Sólo quedaba saber cuando y por cuantos. Pepe ofreció su tributo al Bernabeu por el gol concedido y Benzemá ofreció, además de buen juego, otro gol fundamental en otro partido importante, su especialidad. Y ahí acabó todo, pues después, con todo a favor, con metros y metros de césped libre y diáfano se equivocaron una y otra vez en su suerte preferida. Lástima.

 Y en esto está una de mis pocas espinitas, pues anoche fue otra ocasión más, y llevamos unas pocas en estos últimos tres años, para devolver marcadores humillantes. Más de media docena de contragolpes claros, en superioridad, se vieron malogrados, unas veces por el mediocre partido de CR7 (que se lo puede permitir) y otras por un deficiente inicio y peor finalización.

Y así pasamos, en poco más de dos horas, del “Como no te voy a querer” de Concha Espina a los olés, sarcásticos por una parte, burlones por todas las demás, que la grada ofreció a su equipo, en plena comunión de promesas y alegrías.

Hay Liga, mucha Liga y como dijo Piqué hace un tiempo (gracias Piqué), esto se va a hacer muy largo. Espero que para nosotros no.

Me gustó: Marcelo, Isco y James. Sobresalientes, entregados, conscientes y sabedores de que ofreciendo todo lo que tienen, el Bernabeu no les pedirá más, pero les dará todo.

No me gustó: Aprovecho la ocasión para decirlo, pues no creo que tenga muchas más en el resto de temporada. No me gustó Cristiano. Partido gris y espeso el suyo. Ansioso, atribulado y fallón en exceso. Pero da igual, por mí, como si quiere sestear en la banda todo el partido, es CR7.

Pepito Grillo: Quizás no se dieran cuenta, pero estamos como estamos sin Di María ni Alonso. Hoy es día de alegría pero no quiero dejar de mandar un cariñoso saludo a los Clubs de Viudas de estos exmadridistas que hace sólo mes y medio auspiciaban el más negro infierno para Florentino y el Real Madrid. Sobran.

Y ayer hubo otro detalle, quizás del que más orgulloso me siento quitando exhibir el palmarés, en que se pudo apreciar la enorme diferencia entre un equipo y otro: sus valores y su afición. En los prolegómenos, por Real Madrid TV, se veían bastantes aficionados vestidos con camisetas azulgranas del Barca, paseando con total normalidad por los alrededores del Bernabeu, en sus gradas y en sus bares. Cero problemas, normalidad, tolerancia y respeto al diferente. Eso son valores y señorío y no filosofía barata.

Para terminar, desde aquí pongo en valor a Celades, entrenador de España sub-21, por apreciar el talento de Isco y convocarlo para su combinado. Difícil decisión, porque supo ver aunque el bosque de estrellas le estorbara la visión.

Franciscus: Hoy va de sobradas: Primero, el Madrid ganará la Liga tres jornadas antes del final. Segundo, el Atleti estará descartado al título antes de Navidad. El Valencia, no.


P.D: Por cierto, la porra la gané yo. No acerté los goleadores por disimular, que conste.

25 octubre 2014

Pre-Clásico. Quisiera ser.......


Sé que disfrutaré esta tarde, lo sé. Pero como el ser humano siempre quiere más, ya me gustaría saber la buena nueva de una victoria y no tener estas mariposas en el estómago, inapropiadas a todas luces para mi edad. Hoy veré el clásico en el Bar Juanele, 100 % madridista, lleno hasta los topes de juventud animosa, feliz y ruidosa. Tienen a su favor su empuje, aunque lógicamente no acaban de hacerse a la idea de lo grande que es su Madrid.

Juventud bulliciosa, entregada y fiel es la que espero hoy en el Bernabeu, llenando esa nueva Grada Fans (me gusta más lo de minuto 93 por todo su simbolismo). Y siento envidia sana por aquellos que cantarán, hoy si, hoy seguro, el himno de la Décima de Jabois. Esa es la primera y más importante arma, bueno, perdón, detrás de Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro. Con él jugando sabemos que ya ganamos 1-0. Y a su vera, como los engarces del Cullinan, quizás la mejor plantilla que ha tenido el Madrid de la historia.

A las dos envidiaré a los que huelen el césped del Tour Bernabeu. A las tres añoraré a los que comen en la Plaza del Sol hablando de su Madrid, haciendo tácticas con las chapas de cerveza y palillos, a las cuatro ojalá fuera uno de los que atiborran la línea 10 del metro, con sus bufandas ondeando y sus cánticos. A las cuatro y media quisiera estar en la calle Concha Espina, viendo reflejada en la mirada feliz de un niño el paso del autobús blanco. A las cinco en punto, cuanto daría por cruzar esos tornos que, como las puertas del Paraíso, dan paso a la felicidad. Y a las seis quisiera ser Kroos, el timonel con la brújula de serie y la pierna de seda de araña, elástica y fuerte. Pero aún sin todo eso, que hoy no podrá ser, así seré feliz.


Y a las ocho únicamente espero ser, sólo uno, insignificante, de los millones de madridistas que sonríen dichosos, orgullosos de su equipo.

Hala Madrid y nada más. Hasta el final, vamos Real. #LQDC

23 octubre 2014

This is....................... fútbol

Liverpool 0 - Real Madrid 3

Una de las tradiciones futboleras de la antigua Europa nos cuenta que en el pasillo de acceso al campo del equipo visitante hay un letrero que indica “This is Anfield”, “Esto es Anfield”, se supone que como advertencia a los rivales de que llegan a un campo especial.

 Pues bien, ayer en Anfield los visitantes dieron vuelta al argumento y respondieron en Anfield que aquello era fútbol. Fútbol de muchos quilates, fútbol puro, sin postureos ni fingimientos, sin circunloquios ni rondos sin sentido. Fútbol total, con toque, velocidad y garra, con poderío y ambición, con sólo el gol como objetivo. Fútbol, sólo fútbol.

Auque siendo justos la ambición sólo apareció en la primera parte, en la segunda, como si hubiera un acuerdo tácito de esgrima, los dos equipos se dedicaron a un bello ejercicio de floreo pero sin hacer sangre, toreo y esgrima de salón. Y casi fue mejor así, pues eso permitió guardar fuerzas para el clásico del sábado, que se prevé tenso y aguerrido.

Pero con todo ello, no debemos olvidar hoy a todos aquellos que pregonaban con saña que al Liverpool nunca le habíamos hecho un gol, ni, obviamente, le habíamos ganado un partido. Mácula que se encargó de borrar diligente Cristiano en un gol que sólo espero verlo repetido el sábado. Majestuoso. Lo de anoche fue una noche histórica en el fútbol europeo, más reseñable aún que el 4-0 que le endosaron a los Boluda-boys hace unos años y que tanto gusta de recordar el antimadridismo pertinaz.


Ahora sólo queda esperar a la reválida que espera el sábado. Acudo confiante y seguro de nuestras fuerzas, aunque más de una vez se ha dado la misma situación y hemos salido corneados, ojito. Hala Madrid, siempre caminarás acompañado.