Real Madrid 2 – Barcelona 3
Ya está bien, esto es escupirte y decir que susurra el viento. Son
demasiadas veces, es siempre la misma historia. Y no me vale el argumento
buenista de que el corazón venció a la cabeza en la última jugada, no. Que no
cuela, hombre. Que ahora mismo sólo recuerdo, buscando en la memoria de
clásicos recientes, penaltis no pitados, expulsiones inventadas y árbitros
inmunes.
Hoy vuelven, como pesadillas mal digeridas, imágenes que costaron Ligas.
Si, el problema es que llevamos muchos años jugándose la Liga en menos de un
partido y llevamos muchos años en que los Clásicos los deciden los árbitros.
Hernández Hernández no tuvo que explicar, en las recientes entrevistas, porqué
anuló el gol a Gareth Bale en el Nou Camp, ni porqué expulsó, otra vez, a Ramos.
Ni lo hará, ni le pedirán ningún tipo de explicaciones. Está bien, ha hecho
bien el encargo del padrino………….. No encontrará ninguna cabeza de caballo en su
cama. Tampoco nadie explicará como a Lucas no se le pitó un penalti evidente en
el partido de ida y hoy, a Cristiano no sólo le hizo Umtiti penalti sino que se
permitió el lujo de rematarlo con una segunda entrada. Y el viento susurra.
No me valen argumentos de que merecimos ganar, que hemos tirado más a puerta,
que merecimos más, que no hablamos de árbitros. No, no me valen todas estas
historias. Hoy hace falta un Mourinho, un Ramos, un Butragueño, que den un
puñetazo en la mesa y denuncien, de una buena vez la podredumbre y vesanía de
esta Liga. Pero pierdan las esperanzas, ahora estoy oyendo en directo al Buitre
y no sale del discurso oficial, pues nada. Cornudos y a poner la cama. Digamos
que no existió el penalti a Cristiano, digamos que no existió el penalti a
Ramos, digamos que Ramos no toca a Messi, pero está justamente expulsado. Y
después, a meterse en la bañera, cortarse las venas y decir que el agua no está
bien templada.
Corto y cierro, pues el gas no me deja enfríar el ánimo