Me he preguntado a mitad del segundo tiempo que pensaría un espectador neutral de un lejano país, digamos Kazajistán, que está haciendo zapping y se encuentra, casualmente, con este partido. Supongo que pensaría que el partido se estaba jugando en Barcelona en lugar del Bernabeu.
Y es que analizando el planteamiento de Mourinho, la actitud de los jugadores y la actuación arbitral, cualquiera podría dilucidar que el Madrid estaba jugando a domicilio, defendiendo un buen resultado para el partido de vuelta en casa. Y bien sabemos todos que era justamente lo contrario.
Lo primero: El planteamiento de Mourinho me ha defraudado profundamente. Entendí y aplaudí el mismo planteamiento en el partido de Liga de hace diez días. Era un partido en que el Madrid tenía que jugar a no perder, y así rearmarse de autoestima para la Copa. Aplaudí su planteamiento en la Copa. Cambió el dibujo, anuló al Barcelona y ganó claramente su primer título.
Pero hoy no. Hoy su planteamiento me ha decepcionado profundamente. Si nunca entendí su frase de que el 0-0 contra el Tottenham en casa sería un buen resultado, menos entiendo su planteamiento de hoy dirigido únicamente a conseguir ese mismo resultado. Le ha faltado inventiva, espíritu ganador y capacidad para leer y ha sido llevado a remolque por el contrario.
Se puede entender un partido ultradefensivo como el planteado con el Inter, avalado por un buen resultado favorable en el primer partido. Pero plantear un partido muy parecido a priori, sabiendo los antecedentes del Camp Nou me parece casi de iluminado. Y de equipo pequeño. El Madrid tiene equipo más que suficiente para plantear un tipo de partido muy distinto al disputado. Y hoy era el día.
Lo segundo: La actitud de los jugadores. Es inconcebible la actitud subversiva y amenazante de los jugadores del Barca ante el árbitro. En todas, repito, en todas las jugadas de falta arrinconaban al árbitro de una forma inusual para ningún equipo, repito ningún equipo de la Champions. Y en campo contrario. ¡¡ Cuanta confianza en su buen criterio y buen acierto en la lectura y apreciación de todas las jugadas !!
Cuando termina el partido Alonso se dirige al árbitro de forma airada, supongo que recriminando su actuación, y éste, ni corto ni perezoso, amenaza con echarse mano a la tarjeta para zanjar la disputa. ¡¡ Que distinta actitud de la mostrada ante el acoso constante de los jugadores azulgranas !! Me ha llamado poderosamente la atención. Y esta especie de transición me lleva a analizar la actuación arbitral.
Estoy en total y radical desacuerdo con la tarjeta roja a Pepe. Ese lance, de frente, disputando balón y los dos con la pierna alta nunca, repito, nunca, puede ser roja. Reto a cualquiera que lea el reglamento y me indique como tipifica esta acción. Y enseña la tarjeta dos minutos después, azuzado por una pléyade de azulgranas, cuando se iba de la jugada cuando pitó la falta, curiosamente en contra del Barcelona.
Y es que analizando el planteamiento de Mourinho, la actitud de los jugadores y la actuación arbitral, cualquiera podría dilucidar que el Madrid estaba jugando a domicilio, defendiendo un buen resultado para el partido de vuelta en casa. Y bien sabemos todos que era justamente lo contrario.
Lo primero: El planteamiento de Mourinho me ha defraudado profundamente. Entendí y aplaudí el mismo planteamiento en el partido de Liga de hace diez días. Era un partido en que el Madrid tenía que jugar a no perder, y así rearmarse de autoestima para la Copa. Aplaudí su planteamiento en la Copa. Cambió el dibujo, anuló al Barcelona y ganó claramente su primer título.
Pero hoy no. Hoy su planteamiento me ha decepcionado profundamente. Si nunca entendí su frase de que el 0-0 contra el Tottenham en casa sería un buen resultado, menos entiendo su planteamiento de hoy dirigido únicamente a conseguir ese mismo resultado. Le ha faltado inventiva, espíritu ganador y capacidad para leer y ha sido llevado a remolque por el contrario.
Se puede entender un partido ultradefensivo como el planteado con el Inter, avalado por un buen resultado favorable en el primer partido. Pero plantear un partido muy parecido a priori, sabiendo los antecedentes del Camp Nou me parece casi de iluminado. Y de equipo pequeño. El Madrid tiene equipo más que suficiente para plantear un tipo de partido muy distinto al disputado. Y hoy era el día.
Lo segundo: La actitud de los jugadores. Es inconcebible la actitud subversiva y amenazante de los jugadores del Barca ante el árbitro. En todas, repito, en todas las jugadas de falta arrinconaban al árbitro de una forma inusual para ningún equipo, repito ningún equipo de la Champions. Y en campo contrario. ¡¡ Cuanta confianza en su buen criterio y buen acierto en la lectura y apreciación de todas las jugadas !!
Cuando termina el partido Alonso se dirige al árbitro de forma airada, supongo que recriminando su actuación, y éste, ni corto ni perezoso, amenaza con echarse mano a la tarjeta para zanjar la disputa. ¡¡ Que distinta actitud de la mostrada ante el acoso constante de los jugadores azulgranas !! Me ha llamado poderosamente la atención. Y esta especie de transición me lleva a analizar la actuación arbitral.
Estoy en total y radical desacuerdo con la tarjeta roja a Pepe. Ese lance, de frente, disputando balón y los dos con la pierna alta nunca, repito, nunca, puede ser roja. Reto a cualquiera que lea el reglamento y me indique como tipifica esta acción. Y enseña la tarjeta dos minutos después, azuzado por una pléyade de azulgranas, cuando se iba de la jugada cuando pitó la falta, curiosamente en contra del Barcelona.
Me gustó: Messi. Partido brutal el suyo. Entregado, concentrado y decisivo. 11 goles en 11 partidos de Champions lo dice todo.
No me gustó: El planteamiento de Mourinho. Amarreta, pobre, poco imaginativo, impropio del Real Madrid, vamos.
Pepito Grillo: Guardiola, tras su exabrupto de ayer, hoy huía de la polémica como de la peste. ¡¡ Que fácil es ser comedido en la abundancia !!
Rappel: El partido de vuelta nos dará más autoestima que resultado. Como es normal. Será el prolegómeno de la temporada que viene, en un partido muy abierto, donde no hay nada que perder y casi nada que ganar pues creo firmemente que no nos dejarían de producirse la ocasión.