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Ancelotti es, no lo olvidemos, apuesta personal de Florentino

14 agosto 2017

Con las vergüenzas al aire



Barcelona 1 - Real Madrid 3

El hombre está en la cúspide de la escala evolutiva principalmente porque es capaz de acostumbrarse a todo tipo de situaciones y acontecimientos adversos. Pero yo no soy capaz de acostumbrarme a que cada vez que el Madrid visite el Camp Nou, sea atracado de forma inmisericorde y vergonzosa.

Ya son muchas veces, demasiadas. Da igual que el elegido sea Clos Gómez, Dauden Ibañez, Hernández Hernández, Burgos Bengoechea o el hijo de Sánchez Arminio, la consigna está clara. Hay que evitar a toda costa el triunfo del Madrid. O al menos intentarlo. Hoy no lo consiguió. Sin embargo no se puede olvidar que en todas y cada una de las visitas del Madrid en los últimos siete u ocho años, siempre, siempre han sucedido actuaciones arbitrales incomprensibles en una pretendida competición justa y deportiva.

Hoy de nuevo influyó en el resultado pero no evitó la derrota. Y no pudo hacerlo porque es evidente que la diferencia entre ambos equipos es enorme. Y sólo trampantojos evidentes son capaces de mantener al Barca en tensión competitiva. A cualquier espectador imparcial le pones a analizar el partido de hoy y el último disputado en la Liga pasada y no tendrá más remedio que admitir que el arbitraje no es neutral, no es inocente.

Y sé que irá a peor, pues todas las dictaduras (y la de Villar - Sánchez Arminio lo es) mueren matando, asestando dentelladas cada vez más desesperadas, en una espiral autodestructiva que acaba por dejar al aire las vergüenzas de regímenes vergonzosos, putrefactos y corruptos. Y la RFEF y su comité arbitral actuales están en sus últimas bocanadas y lo saben. Y hoy sus vergüenzas, como el rey desnudo, han quedado a la vista de todo el mundo.

Pero ni aún así son capaces de parar este vendaval de fútbol que es el Madrid. Y todo el orbe futbolístico lo ve, lo sabe. Ya no engañan a nadie. Su Messi es Villar, y lo saben, aunque nunca podrán reconocerlo, claro está.

Hoy Messi se ha paseado por el verde, ha tirado un penalti ilegal y pare usted de contar. Burgos Bengoechea ha sido, de nuevo, más decisivo que Messi. Y si Messi ya no es decisivo, que decir del resto. Valverde (para mí el mejor entrenador español) ha de estar muy desesperado para, en su estreno oficial en el Camp Nou, alinear a Iniesta y a Deulofeu. Gracias. Y gracias Piqué, contigo empezó todo.

Enfrente, casi el equipo de gala. Con la chulería de dejar a Cristiano en el banquillo. Esa es la principal prueba de la diferencia entre ambos equipos. Hoy sería impensable que el Barca, en las mismas condiciones, hubiera dejado a Messi en el banquillo. Y más con Neymar en Paris.

No creo necesario alabar a nadie en particular, el equipo, en conjunto, ha estado soberbio, aún sabiendo a la altura de la temporada que nos encontramos. Y ya no es sólo el revolcón, es a lo que obliga a un Barca ya demasiado exigido. Hoy Bartomeu no duerme, seguro. Mañana Sport y Mundo Deportivo le van a exigir que se gaste los 222 millones de Neymar y otros tantos más, aunque sea comprando tocino a precio de Jamón pata negra de Los Pedroches.

Y a sensu contrario, cuando Florentino y Zidane dice que no quieren nada, aún sabiendo que es una estrategia comercial, casi caes en la tentación de creerles. Sé que Mbappé vendrá, pero la pose torera del Madrid hoy es casi creíble. Si fichamos es porque queramos, locuras ninguna. No lo necesitamos.

Termino la crónica oyendo en segundo plano los clowns chiringuiteros poniendo foco en un empellón de Cristiano al árbitro, viendo como desfallecen a lo lejos las luces del Camp Nou, quizás avergonzadas por la imagen ofrecida y esperando que el miércoles goleemos de nuevo y así hagamos que Coutinho valga más que Neymar.

Desde territorio comanche, Hala Madrid.

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