Se fue Alfredo Di Stefano. Y como todos los
que fueron mitos en vida, su aura se acrecienta enormemente a la hora de su
muerte. Murió un mito, una leyenda, pero el hecho de su muerte engrandece al Real
Madrid, tanto en las muestras de reconocimiento mundial que ha recibido como en
la forma que el club ha despedido a este jugador de leyenda.
Por mi edad no recuerdo haberle visto jugar,
pero siempre oí a los mayores referirse a él como el más grande, el más
completo, el más voraz. Cuando pregunto a ancianos con los que coincido viendo
el Madrid y les pregunto por el mejor jugador que han visto, casi todos
responden: Di Stéfano, aunque alguno hoy ya ha cambiado por Cristiano.
Lo que si he podido ver es la ristra de
trofeos que pueblan las vitrinas del Bernabeu gracias a él y sus grandes
compañeros: Gento, Puskas, Santa María, etc....... Y por ello siempre le estaré
agradecido. Gracias D. Alfredo.
Posdata: Oigo estos días que Di Stéfano fue un símbolo del Real Madrid. Error.
Con ello volvemos a los errores tan manidos actualmente de considerar un
símbolo a personas perecederas. Los únicos símbolos del Real Madrid son el
escudo y el estadio. Lo demás son simples accidentes en su historia.
Se comentó la falta de tacto de la FIFA no
programando un minuto de silencio en la primera semifinal del Mundial.
Tratándose de un argentino, celebrándose la semifinal en Brasil y jugando
Brasil, es totalmente lógico. E impresentable, claro.
También se ha hablado mucho de la ausencia
de Del Bosque en las exequias. Obligación no tenía, eso es lo primero que hay
que tener claro. Sólo tenían obligación de ir sus familiares, las personas
pertenecientes al Club (Junta Directiva, empleados, jugadores, etc...) y aquellos
que se considerasen sus amigos cercanos. El resto del madridismo que acudió en
masa, resto de clubes, instituciones y el mismo Rey sólo acudieron porque lo
querían, respetan el Real Madrid y se sienten obligados a “cumplir” con ellos,
en ese rito social que tiene lugar en España en estas circunstancias.
Si Del Bosque no se sentía incluido en
ninguna de esas categorías, es lógico que no fuera. Eso si, si el dice que el
Real Madrid es “su casa”, si se siente tan madridista, cuesta entender su
decisión. Y si comparas su ausencia con la elogiable asistencia a Barcelona
para despedir a Tito, aún más. Aunque si somos objetivos, no es más
inexplicable que rechazar la insignia de oro y brillantes del R. Madrid y
aceptar el nombramiento de Cofrade de honor del Nabo.
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