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Ancelotti es, no lo olvidemos, apuesta personal de Florentino

11 julio 2014

La Saeta al Olimpo

Se fue Alfredo Di Stefano. Y como todos los que fueron mitos en vida, su aura se acrecienta enormemente a la hora de su muerte. Murió un mito, una leyenda, pero el hecho de su muerte engrandece al Real Madrid, tanto en las muestras de reconocimiento mundial que ha recibido como en la forma que el club ha despedido a este jugador de leyenda.

Por mi edad no recuerdo haberle visto jugar, pero siempre oí a los mayores referirse a él como el más grande, el más completo, el más voraz. Cuando pregunto a ancianos con los que coincido viendo el Madrid y les pregunto por el mejor jugador que han visto, casi todos responden: Di Stéfano, aunque alguno hoy ya ha cambiado por Cristiano.

Lo que si he podido ver es la ristra de trofeos que pueblan las vitrinas del Bernabeu gracias a él y sus grandes compañeros: Gento, Puskas, Santa María, etc....... Y por ello siempre le estaré agradecido. Gracias D. Alfredo.


Posdata: Oigo estos días que Di Stéfano fue un símbolo del Real Madrid. Error. Con ello volvemos a los errores tan manidos actualmente de considerar un símbolo a personas perecederas. Los únicos símbolos del Real Madrid son el escudo y el estadio. Lo demás son simples accidentes en su historia.
Se comentó la falta de tacto de la FIFA no programando un minuto de silencio en la primera semifinal del Mundial. Tratándose de un argentino, celebrándose la semifinal en Brasil y jugando Brasil, es totalmente lógico. E impresentable, claro.

También se ha hablado mucho de la ausencia de Del Bosque en las exequias. Obligación no tenía, eso es lo primero que hay que tener claro. Sólo tenían obligación de ir sus familiares, las personas pertenecientes al Club (Junta Directiva, empleados, jugadores, etc...) y aquellos que se considerasen sus amigos cercanos. El resto del madridismo que acudió en masa, resto de clubes, instituciones y el mismo Rey sólo acudieron porque lo querían, respetan el Real Madrid y se sienten obligados a “cumplir” con ellos, en ese rito social que tiene lugar en España en estas circunstancias.

Si Del Bosque no se sentía incluido en ninguna de esas categorías, es lógico que no fuera. Eso si, si el dice que el Real Madrid es “su casa”, si se siente tan madridista, cuesta entender su decisión. Y si comparas su ausencia con la elogiable asistencia a Barcelona para despedir a Tito, aún más. Aunque si somos objetivos, no es más  inexplicable que rechazar la insignia de oro y brillantes del R. Madrid y aceptar el nombramiento de Cofrade de honor del Nabo.

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