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Ancelotti es, no lo olvidemos, apuesta personal de Florentino

29 agosto 2014

LAS ESTELAS DEL ADIÓS

Normalmente los veranos del Madrid están subrayados por las expectativas de nuevas llegadas, nuevos cromos que adjuntar a ese álbum de los sueños que es el Real Madrid. Este año no. Este año Florentino quiso, como el cabo de la legión, cambiar el paso del pelotón de mercachifles mediáticos y reventó, como suele, el mercado a primeros de verano.

Y con esa maniobra el color del cielo transmutó. Del azul clarito, tiznado de verde esperanza de las nuevas incorporaciones pasamos a ese cielo grisáceo, preñado de morados y rojos debido a las bajas, bajas unas veces tiznadas de deserciones, otras de matrimonios convenidos, algunas de divorcios de mutuo acuerdo y alguna que, para escarnio y vergüenza de nuestra historia sufrieron, como los judíos de Auschwitz, la doble señal: acoso y la escarapela del desprecio.

Morata, Casemiro, SúperLópez, Di María y ahora Xabi Alonso han dado pábulo y cancha a esa pléyade de periodistas que ven en este mercado persa su única oportunidad de sustento durante el descanso veraniego. Todos han salido y a ninguno se le echará en falta, al menos por mi persona. Todos los que se van dejan estelas de despedida, como las de los aviones, muy visibles cuando terminan de pasar pero inapreciables cuando pasa sólo un poco de tiempo. El Madrid está muy por encima de cualquier jugador, incluso de un portento como Cristiano Ronaldo. Por eso, quién se va del Madrid es como la ropa de rebajas, pierde escalafón, caché. Ya no eres parte del mejor, pasas a ser cuerpo de ratón.

Pero aunque a nadie se eche en falta, no es menos cierto que hay formas de salir y de salir. Morata y Casemiro son como comprar un billete de ida y vuelta, hay la esperanza de que, como los quintos antiguos, vuelvan hechos hombres. Con SúperLópez la cosa es muy distinta, el club se portó de forma mezquina, ladina y cruel. Nunca quiso irse y no le quedó otro remedio.

Di María sin embargo quiso irse y casi todos quisieron que se fuera. Se juntó el hambre con las ganas de comer. Hambre monetaria, se entiende. Cobrará más, bastante más, pero sus ocho millones serán una losa para él, pues le adjudicarán el papel del salvador de un equipo histórico que está en horas muy bajas. Y el no es un salvador, ni un líder. Es un peón especialista, muy cualificado. Y nada más.

Pero la puntilla del verano la ha dado Xabi Alonso. A cuatro días del cierre del mercado se nos descuelga con que se va al Bayern Munich ...... y perdiendo dinero. Y lo que es peor, todo el mundo lo aplaude, el #GraciasXabi colma Twitter, hace una rueda de prensa despidiéndose entre alharacas y pétalos de rosa del madridismo, no da ni una razón plausible del repentino volantazo, deja al equipo cojo a expensas de compras rápidas de última hora, que no suelen ser las mejores.................. Y le aplauden. De locos.

Rivaldo hizo hace pocos años una cosa parecida y, aún hoy, sirve como perfecto ejemplo de mal profesional y mal comportamiento con su equipo. Xabi nos descompensa el equipo, casi sin tiempo para volver a componerlo, potencia a un rival directo, sin razones plausibles. Y le hacemos la ola. De locos.

Y espero que no sea porque tenía la etiqueta de ser “Uno di Noi”, lo que sería ya de psiquiátrico de guardia. Yo no doy las gracias a Xabi, ni le deseo suerte, ni le agradezco lo dado, no. Para mí se va como un perfecto sinvergüenza. Tu estela será pronto inapreciable en el cielo madridista.

2 comentarios:

  1. Anónimo12:37

    Completamente deacuerdo, sobretodo con lo de Alonso. Feo gesto del comegulas largándose a la francesa a cuatro días del cierre del mercado, y la gente aplaudiéndole al son del hit del verano "con lo que nos ha dado". Ciertamente este es un ejemplo de algo que muchas veces se nos escapa, sobretodo extrapolable a otros casos como el de Casillas: los jugadores son profesionales del fútbol; ni "símbolos", ni hinchas, ni parte de un escudo, sólo profesionales del fútbol. Y como en cualquier profesión en cualquier empresa, permanecen en plantilla mientras les convenga y cuando deja de convenirles se van. Otros en cambio permanecen incluso cuando ya no tienen nada que aportar, tiran de escudo, del pasado , y la gente lo confunde con el "amor a los colores", pero en realidad sólo se quedan porque no les quiere nadie más.

    Un saludo desde http://lanaranjamerengue.blogspot.com.es/

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  2. Anónimo13:56

    completamente de acuerdo, menudo sinvergüenza,y tiene la cara dura de decir que es madridista, este tio nos toma el pelo, a bien que se ha ido a katar, la liga americana.....se ha ido a uno de nuestros mas feroces rivales y encima para mas cachondeo con el meacolonias, de locos,deja el equipo roto con la liga empezada sin dar tiempo a sustituirlo, pero de que va este tipejo y el resto de la planta noble y encima dice anceloti que lo respeta mucho, pues yo lo respeto nada lo mismo que el ha respetado al madrid

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