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Ancelotti es, no lo olvidemos, apuesta personal de Florentino

12 mayo 2007

Así, así, así gana el Madrid.

Real Madrid 4 – Espanyol 3


Como diría Jesulín, en dos palabras: Im-presionante. Al partidazo de hoy le caben multitud de adjetivos, pero yo me quedaría con impresionante. Y es que hoy se ha visto un Bernabeu impresionante, donde increíblemente ahora es posible disfrutar cada domingo del ambiente de las grandes citas de la Champions, impresionante un rival letal, que, con tres hachazos (la verdad que creo que sin merecerlo) se colocó con un 1-3 al descanso que parecía definitivo, y sobre todo un impresionante equipo que se miró al pecho, vió un escudo y supo que ese escudo y esa camiseta sólo está reservada para jugadores preparados para grandes gestas, y supo cumplir con esa historia.

Y es que hoy he vuelto a disfrutar del REAL MADRID, con mayúsculas, con ese equipo para el que, parafraseando a Raúl y Adidas, “Impossible is nothing”, nada es imposible. Y así si es posible ganar la Liga, así si se comulga diariamente con la afición, así si te respetan y temen los rivales, así los árbitros no tienen más remedio que respetarte.

Hoy ya se puede decir que el Real Madrid ha vuelto. Al final veremos si llegó tarde o a su hora, pero llegar ha llegado. Y lo que es más importante, todo el mundo se ha dado cuenta. En el fútbol que, además de deporte, es un teatro de emociones, hoy el sentir general es que, donde antes todo el mundo se reía del equipo con apariencia pero fallón, hoy ese equipo parece el primo de Pascual, y que es capaz de zurrarle a cualquiera que se descuide.

Del partido sólo decir que en ataque, como aquella canción de Radio Futura, el pistolero ha llegado ya a la ciudad, ya que el apelado por muchos “tronquito” Van Nilstelroy ha demostrado que es letal cuando le llegan balones sin aspecto de melones. En la media se ha sufrido pero se ha lidiado con empuje y en ocasiones calidad, sólo en defensa pareció el Madrid más blando, si bien es verdad que sus grandes errores fueron debidos a su desmesurada ambición, que los empujaba hacia delante, descuidando su espalda.

Hoy, los madridistas nos acostaremos como un niño el día de Reyes, sabiendo que hemos sido buenos y nos han regalado el regalo pedido: el liderato. No sabemos si mañana un niño malo vendrá y nos lo robará, pero hoy dormimos felices.Y ojo, creo que hace más de tres años que el Madrid no ocupaba ese lugar, y la verdad, ya se estrañaba.

Me gustó:
Gonzalo Higuaín. La verdad que ya se merecía el premio a su entrega y constancia. La única pega que se le ponía a su labor, la falta de gol, no la ha podido eliminar de mejor forma y en mejor momento.
El Bernabeú botando, todos a una, alentando al equipo. Así si es cierto aquello de “noventa minutis en el Bernabeú son molto longos” que decía Juanito.

No me gustó:
Para variar, Capello. Creo que el cambio de Guti por Reyes no fue el más adecuado. En mi humilde opinión, hubiera sido más lógico cambiar a Diarra, que no tuvo su mejor tarde.

El trabajo de pitoniso a tiempo parcial del Presidente Calderón. Volvemos a lo de siempre, a pecar de bocazas, y a perder por la boca todo lo ganado en una gestión que, hasta ahora, entiendo como positiva. Siendo presidente del Real Madrid no se puede decir hoy que al final le vamos a sacar siete puntos al Barcelona, eso es puro forofismo gaspariano.

También para variar, el árbitro. El tercer gol de Espanyol es fuera de juego dos veces, y, en mi opinión, se escamotea un claro penalti a Sergio Ramos en la segunda parte.

Pepito Grillo:
¿Cuantos asistentes hubo en la manifestación contra la designación del Bernabeú como escenario para la final de Copa? Nunca se debe vender la piel del oso antes de cazarlo.

¿Dónde están aquellos que hace un mes pedían dimisiones, convocatoria de elecciones, cambios en el sistema electoral?. Estaré esperando, si al final se gana la Liga, y cuando el equipo esté en las Cibeles, oír a Villar Mir y a el “super mega maxi” madridista Camacho, felicitar al equipo y a su presidente.

1 comentario:

  1. Anónimo01:12

    Gran victorial de Madrid. Guevos, coraje, sudor... finalmente un equipo que merece jugar en el Bernabéu.

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