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Ancelotti es, no lo olvidemos, apuesta personal de Florentino

13 febrero 2015

Pitada o no: Ésa es la cuestión

Tras el estropicio del sábado pasado ante los indios, el madridismo bramaba en barras ante la desidia de sus jugadores, adobados en su jugo por las informaciones de fiestas y celebraciones posteriores. Todos – o casi todos – pedíamos una conjura para hacerle ver a esos muchachos que su comportamiento en el Calderón era inaceptable.

El germen de una pitada monumental llenaba Twitter y foros el domingo y el lunes. Pero con el transcurso de la semana, el tiempo ha ido aplacando el sulfuroso ardor y una pléyade de correveidiles gacetilleros - me temo que auspiciados tanto por la T4 como por los jugadores más señalados - están apostando contra la pitada, no vaya a ser que desequilibremos ese ecosistema tan especial que constituye el vestuario blanco.

Razonan con argumentos que tradicionalmente siempre defendí: que hay que estar siempre con el equipo, que al Bernabeu se va a apoyar, que para pitar ya están las rubias, que menos pitar y más aplaudir, que al fin y al cabo somos líderes ................. etc. Pero el cabreo monumental que tenía tras la debacle con el Atleti también necesita sutura y creo que millones de madridistas también tienen derecho a expresar su descontento ante la pachorra y el desinterés de millonarios que viven a su costa, no lo olvidemos.

No puedo ir al partido, por tanto no podré tomar partido por una u otra opción. Por otra parte silbar siempre se me ha dado de pena, por eso siempre se me escapaban las rubias. Pero a estas hora estoy en un sinvivir pues no sé que opción es la más correcta para los madridistas de bien. Y tras mucho reflexionar, he dado con la solución al problema, casi tan fundamental como la duda metódica de Descartes.


Solución: Al equipo hay que pitarle, claro que si, para que sepa de nuestro disgusto, pero sólo en el calentamiento y durante todo el calentamiento. Una vez regresen al vestuario y empiece el himno, a apoyar con todas las fuerzas, como si fuera una semifinal contra el Borussia Dortmund. Porque somos el Real Madrid, todos. A por ellos.

2 comentarios:

  1. bigfoot22:21

    Lo siento mi amigo y mira que siento no estar de acuerdo contigo, pero hacer lo que tú dices que deberíamos hacer SOLO TENDRIA CONSECUENCIAS NEGATIVAS.
    Ellos, los jugadores, ya saben que los seguidores estamos disgustados, ya están al corriente de lo que nos parece mal, sino a cuenta de qué piden perdón, haciendo lo que propones estamos metiendo el primer gol del Depor y además propicias que durante toda la semana tengan polémica en radio y tv a costa de nuestro equipo, no a cuenta de la imputación del farsa en el tema Neymar (Que imaginación la mía, llevan tooooda la semana con la fiestecita). Me apuesto contigo una comida, y ya serian dos, a que más de un medio llevara medidores de sonido para regocijarse con la pitada, es más, estoy absolutamente seguro que los micrófonos de ambiente, que habitualmente están al mínimo, los pondrían a tope para subrayar su triunfo. Si vencemos seguirán agarrándose al cumple de CR7, si perdemos, para que quieres más… y Ancelotti al patíbulo.
    No Blanco Doble, hay que animar como nunca y desde el momento que salten al campo, hemos tropezado pero hay que levantarse, estamos primeros en liga, no se te olvide y en Champions llevamos una marcha inmaculada, todavía podemos hacer una temporada para enmarcar ¿te lo vas a jugar a una carta por un arrebato de furia? Piénsalo compañero.
    Recibe un fuerte abrazo.
    !!!HALA MADRID Y NADA MAS!!!

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  2. No, los jugadores no saben que estamos enfadados, se lo han contado. Como el chiste.

    No propongo que se le pite en el partido, sólo y exclusivamente en el calentamiento. Y con el mismo ardor que se les pita, se les aplaude durante todo el partido. Así conjugamos los derechos y deberes: los aficionados les hacemos llegar nuestro descontento y les ayudamos a ganar también.

    Creo que es justo y necesario (que dirían los curas)

    Un abrazo y gracias por tus comentarios. Últimamente casi nadie comenta y no sabes el bien que me hace saberme escuchado.

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