

"Víste Manolito, con un par"
Real Madrid 2 – Hércules 0
Con ese ánimo previsor Mourinho compuso una alineación que admite tres tesis doctorales. Deja claro sus preferencias por la dupla portuguesa en la zaga, con Cristiano hace suya la teoría Corcuera ( aquel ministro que indicó que los experimentos se hacen en casa y con casera), y nombra a Alonso mariscal de campo plenipotenciario, aunque al final acabara exponiéndolo un breve período sin necesidad.
Y tras el análisis evidente y maximalista, también nos indicó que considera a Granero, hoy por hoy, suplente de mariscal, que no es poca graduación. Y que no hay perdón para Pedro León, que Canales, una vez repuesto físicamente, cuenta con su aliento y perdón y que, pese a su achacado ánimo defensivo, le gusta jugar con dos nueves y hace ostentación de ello. ¿Qué pasará cuando vuelva el Pipita? Bendito problema.
Y así, al tran tran, buscando el par motor, el Madrid deambuló en la primera parte, con un apático y permanentemente desubicado Lass, con un Di María obsesivo, nervioso, percutiendo como ariete permanentemente y obviando a los compañeros y, ya tenía ganas de decir esto, con un Granero y un Benzemá sobresalientes. Uno en su mando sobre plaza y el segundo en su continuo ofrecimiento, pleno de detalles, de gestos, de pases de gran futbolista. Adebayor ha tenido el mérito de ser el acicate que aleje, esperemos que definitivamente, a Benzemá del autismo en que parecía querer vivir, y en hacer honor a su diminutivo cariñoso de Manolito.
Y aunque con el marcador favorable, se le concedieron al Hércules más mercedes de las que merecía, lo que motivó algún motivo de crítica del respetable, que se deja sus buenos euros para ver un espectáculo de primer nivel y no la escenificación de ensayo. Y fue por ello que Casillas hizo lo mejor que sabe, dos paradas magníficas que por usuales y habituales no parecieron vitales sino de trámite.
La segunda parte ya indicó desde su primer minuto que no iba a ser igual, que la lasitud y deferencia se habían acabado, y aunque no fuera efervescencia, si fue un contenido esfuerzo en amasar la victoria con la eterna receta estudiantil del mínimo esfuerzo: dejar para lo último lo obligatorio y hacer hincapié en sólo lo fundamental. Y así el minino Benzemá terminó con el Hércules a la manera de su admirado Ronaldo, regate corto, tiro seco, cruzado y ajustado. Gol de bandera.
Me gustó: Que Canales vuelva, poco a poco, al redil y a la senda de tener minutos, poco a poco. Y Benzemá, magnífico partido el suyo. Y el aplauso a Portillo.
No me gustó: Di María y Lass. El primero chupón y apresurado, el segundo plácido y lento, creerán que lo tiene seguro ante el Lyon. No apuesto por ellos.
Pepito Grillo: La presidencia arropa al entrenador. Este gesto siempre es bueno, con independencia de sus moutivaciones. Ya le hubiera gustado a Pellegrini un pronunciamiento tan franco a su favor. Técnico arropado igual a confianza en el proyecto. Y el senado blanco aplaudió convencido. Yo me uno.
Rappel: Lisandro, próximo palangana, dará aliciente pero no amargará la clasificación, holgada y tardía, del Madrid para cuartos, donde me pido el Schalke 07.
Foto: Corazón Blanco