BURÓCRATAS

Real Madrid 3 – Sporting de Gijón 1

Vaya por delante que por un compromiso familiar no pude ver el partido y me tuve que conformar con la repetición de la Sexta. Pero no por ello se obvia y deja de observar el incomprensible primer tiempo del Madrid. No es malo, no es gris, no es difuso, es incomprensible.

Porque no se puede comprender que un equipo al que sólo le queda la Liga como último asidero, se presente en su estadio, debiendo pedir perdón a su afición tras el descalabro contra el Lyon y salga con esa actitud. A priori yo esperaba que unos jugadores talentosos, a los que presumiblemente les gusta jugar al fútbol y heridos en su amor propio por no haber podido demostrar su clase y aumentar su caché en Champions saldrían ante un rival menor a sentenciar desde el primer minuto, asustar al rival y sentenciar el marcador. Y después a disfrutar.

Pero no, los madridistas más parecían un grupo de burócratas de oficina hastiados ya a las ocho de la mañana, con una jornada de trámite más y dispuestos a salvar el expediente y justificar sus emolumentos con la ley del mínimo esfuerzo. Sólo un par de individuos destacan en la espesa atmósfera reinante (Cristiano e Higuaín) merced a que su conciencia les impide dormitar sobre el tapete. Y cuando se quejan de la actitud del resto, les critican porque los están poniendo en evidencia. Son unos chulos y unos insolidarios. Chivatos.

Los clientes se impacientan, pero les da igual, total, ya se hará, no aprieten. Jesús con las prisas. Llega la hora del almuerzo y seguimos igual, un descansito, un café y uffffff............ otra vez con lo mismo. A ver si llega pronto la hora, nos pagan y nos vamos, total tampoco voy yo a levantar sólo esto. Quién lo haya hundido que lo levante.

Pero suena la alarma, el clamor los desespereza, ¡¡¡ la competencia se ha quedado con parte del negocio !!!. O espabilamos o nos van a comer los leones. El gerente entra, da tres voces y los burócratas, con los ojos como platos, enchufan todos los ordenadores, abren las carpetas, se abalanzan sobre los escritorios y en un pis pas la oficina parece el barco de los piratas del caribe. Todo es agitación y premura, las legañas se han caído, las pupilas se dilatan, la atonía se transmuta en movimiento y el sopor es desplazado por una angustia incierta.

Y la máquina se pone a funcionar de nuevo y les volteamos la situación. Vuelve la heroica. Dos golpes maestros e inmediatos (el primero ayudado por las manos inocentes que el censor no ve) hacen que la situación vuelva a estar controlada. Y ya, con la inercia, como somos mejores y más preparados, les damos otro golpe, el definitivo. Llamamos a sus representantes y les decimos orgullosamente que nuestro negocio es inabordable y nos pertenece. Que ojito.

Suena la hora de salir. Se levantan y felices se encaminan a la salida, abrazados, contentos ante el feliz resultado final. Se guiñan. Somos los mejores. Es que cuando nos ponemos somos la leche.

Si, la semana pasada perdimos la mitad del negocio, pero todavía tenemos la otra mitad. ¿Quién se va a parar a pensar en eso?. Y de todas formas, vamos a ganar lo mismo.

¿Y los accionistas?. ¿Qué pensarán?.

Me gustó: El resultado y la rebeldía de Cristiano e Higuaín ante el sopor general. Hoy criticarán sus gestos, yo los alabo. Siempre me han gustado los inconformistas.

No me gustó: La actitud del equipo. No es procedente. Parece que no aprendimos nada del Alcorcón.

Pepito Grillo: Robo, atraco, mano blanca, ...................... No señor. El gol de Van der Vaart es ilegal, vale, pero el primer gol del Sporting es fuera de juego claro, mucho más claro que el que pitaron al Pipita cuando se quedaba sólo en el primer tiempo.
¿Alguién se acordó de Kaka? ¿Y de Benzemá?. ¿Debería seguir Granero de titular? Preguntas.

Rappel: Final de Champions: La Guerra de los Cien Años. Un inglés contra un francés.

Foto: Corazón Blanco