Real Madrid 2 - Nastic de Tarragona 0
Para empezar advertir que, en contra de la costumbre, la visita de la Peña Madridista "Gachera" al Bernabeú no se ha saldado con la destitución del técnico, lo que, en honor a la verdad, no sé si es bueno, malo o medio pensionista. De lo que si te das cuenta cuando estás allí, in situ que dirían los cultos, es que Capello se esconde en el banquillo más que una liebre cuando oye tiros en la Dehesa, y eso es señal de que no las tiene todas consigo.
En el primer tiempo no salió del banquillo más de tres veces y con prisa. Eso si, con el 2-0, allí lo tenías, espigando el talle para aparentar más autoridad de la que, me temo, tiene en ese vestuario.
Bueno, los comentarios sobre el viaje, visita al estadio y a la capital los dejo para la página de la Peña, sitio que estimo más acorde con esos sucesos, pidiendo perdón por no acompañar el artículo con alguna foto propia, pero un accidente me ha privado de la cámara digital, con lo que las colgaré cuando las revele. Aquí me limitaré a reflejar las impresiones que, desde el pie de obra, y nunca mejor dicho puesto que nos tocó la fila 2, transmite el Real Madrid, y la verdad es que son desoladoras.
Cuando se acude al estadio con la esperanza de ver reflejado en el equipo las buenas críticas por el partido del Nou Camp, del movimiento organizado con lo de la Cofradía del Clavo Ardiendo (aviso que lleva tres años de gestiones infructuosas) y antes del inicio vemos pancartas de apoyo al equipo por parte de la afición y a Casillas, Raúl y Sergio Ramos pidiendo la ayuda y aliento de la afición y resulta que empieza el partido y el equipo nos vuelve a obsequiar con otra muestra más, y van muchas, de apatía, de dejadez, de indolencia, al aficionado le ocurre ese fenómeno, ahora tan de moda por la película, del dejavú. Y es que el aficionado tiene la impresión de que este partido ya lo ha visto antes.
Se volvió a dejar a un rival flojísimo (penúltimos y recién ascendido), y además en inferioridad desde el principio del partido, que sacase la pelota jugada cuando le viniera en gana, la presión sobre la línea de creación fue inexistente y la construcción propio fue siempre más muestra de voluntarismo que de acierto y calidad.
Otro detalle, Guti volvió a demostrar que es el único futbolista con fútbol y sentido del equipo, y esa afición, en teoría tan entendida, le premió como suele: pitos cuando sus pases, llenos de sentido y verticalidad, ante la impasibilidad estatuaria de sus compañeros, se perdían interceptados por la defensa. A mí que me lo expliquen, pero la verdad, yo en su pellejo, los mandaba a todos por ahí............ y después que me digan que no soy regular, como ese "sabio" precario de Hortaleza.
En relación al equipo en general, decir que, como siempre, tenemos el enemigo en casa, puesto que Capello volvió a sorprender con nueva alineación inicial demencial. La titularidad de Cassano (pese a que fue uno de los mejores del primer tiempo) junto a Raúl, Higuaín y Van Nilstelroy, nos daba un equipo en teórico (si los ponemos en su demarcación natural) de 4-2-4, con un delantero centro y tres medias puntas, sin extremos (dicen que Mata ha fichado por el Valencia y Mijatovic aún se extrañará), con gente desubicada, sin presión del rival, vamos un desastre.
Eso sí, la verdad es contumaz, y en la segunda parte con el cambio de Cassano por Robinho, se volvió a demostrar que este italiano nos tiene coraje y no sabe que hacer para que lo despidan. Por cierto, yo hubiera sustituido a Raúl (vaya partidito que se marcó).
En defensa pude contemplar con mis propios ojos que es cierto eso que se murmura en círculos secretos: Cannavaro está de luna de miel después del Mundial y su gemelo secreto le está haciendo la cobertura hasta que se harte de la vida ociosa. Por Dios que desgracia de defensa, bajito, tardón y encima lo único que supo hacer bien, que era ordenar el fuera de juego, los compañeros no le hacían ni puñetero caso. Tampoco es necesario que le den mucha bola.
En fin, no sé, pero no se atisba ningún título en el horizonte, y la esperanza, pese a ser grande no es infinita. Al final la lógica tiene la mala costumbre de imponerse.
Me gustó:
Guti, sus ganas y su calidad. Por lo mismo Robinho.
No me gustó:
Capello y sus boberías, y la afición del Bernabeu, muchos señoritos que cuando ganamos somos los mejores y cuando hace falta su apoyo, a joder de forma gratuita y a quejarse.
La anécdota.
En el segundo anfiteatro, fondo norte, una pancarta casera, definitiva, sincera, muy pequeña, con sólo tres palabras:¿Iremos a Cibeles?.
En el primer tiempo no salió del banquillo más de tres veces y con prisa. Eso si, con el 2-0, allí lo tenías, espigando el talle para aparentar más autoridad de la que, me temo, tiene en ese vestuario.
Bueno, los comentarios sobre el viaje, visita al estadio y a la capital los dejo para la página de la Peña, sitio que estimo más acorde con esos sucesos, pidiendo perdón por no acompañar el artículo con alguna foto propia, pero un accidente me ha privado de la cámara digital, con lo que las colgaré cuando las revele. Aquí me limitaré a reflejar las impresiones que, desde el pie de obra, y nunca mejor dicho puesto que nos tocó la fila 2, transmite el Real Madrid, y la verdad es que son desoladoras.
Cuando se acude al estadio con la esperanza de ver reflejado en el equipo las buenas críticas por el partido del Nou Camp, del movimiento organizado con lo de la Cofradía del Clavo Ardiendo (aviso que lleva tres años de gestiones infructuosas) y antes del inicio vemos pancartas de apoyo al equipo por parte de la afición y a Casillas, Raúl y Sergio Ramos pidiendo la ayuda y aliento de la afición y resulta que empieza el partido y el equipo nos vuelve a obsequiar con otra muestra más, y van muchas, de apatía, de dejadez, de indolencia, al aficionado le ocurre ese fenómeno, ahora tan de moda por la película, del dejavú. Y es que el aficionado tiene la impresión de que este partido ya lo ha visto antes.
Se volvió a dejar a un rival flojísimo (penúltimos y recién ascendido), y además en inferioridad desde el principio del partido, que sacase la pelota jugada cuando le viniera en gana, la presión sobre la línea de creación fue inexistente y la construcción propio fue siempre más muestra de voluntarismo que de acierto y calidad.
Otro detalle, Guti volvió a demostrar que es el único futbolista con fútbol y sentido del equipo, y esa afición, en teoría tan entendida, le premió como suele: pitos cuando sus pases, llenos de sentido y verticalidad, ante la impasibilidad estatuaria de sus compañeros, se perdían interceptados por la defensa. A mí que me lo expliquen, pero la verdad, yo en su pellejo, los mandaba a todos por ahí............ y después que me digan que no soy regular, como ese "sabio" precario de Hortaleza.
En relación al equipo en general, decir que, como siempre, tenemos el enemigo en casa, puesto que Capello volvió a sorprender con nueva alineación inicial demencial. La titularidad de Cassano (pese a que fue uno de los mejores del primer tiempo) junto a Raúl, Higuaín y Van Nilstelroy, nos daba un equipo en teórico (si los ponemos en su demarcación natural) de 4-2-4, con un delantero centro y tres medias puntas, sin extremos (dicen que Mata ha fichado por el Valencia y Mijatovic aún se extrañará), con gente desubicada, sin presión del rival, vamos un desastre.
Eso sí, la verdad es contumaz, y en la segunda parte con el cambio de Cassano por Robinho, se volvió a demostrar que este italiano nos tiene coraje y no sabe que hacer para que lo despidan. Por cierto, yo hubiera sustituido a Raúl (vaya partidito que se marcó).
En defensa pude contemplar con mis propios ojos que es cierto eso que se murmura en círculos secretos: Cannavaro está de luna de miel después del Mundial y su gemelo secreto le está haciendo la cobertura hasta que se harte de la vida ociosa. Por Dios que desgracia de defensa, bajito, tardón y encima lo único que supo hacer bien, que era ordenar el fuera de juego, los compañeros no le hacían ni puñetero caso. Tampoco es necesario que le den mucha bola.
En fin, no sé, pero no se atisba ningún título en el horizonte, y la esperanza, pese a ser grande no es infinita. Al final la lógica tiene la mala costumbre de imponerse.
Me gustó:
Guti, sus ganas y su calidad. Por lo mismo Robinho.
No me gustó:
Capello y sus boberías, y la afición del Bernabeu, muchos señoritos que cuando ganamos somos los mejores y cuando hace falta su apoyo, a joder de forma gratuita y a quejarse.
La anécdota.
En el segundo anfiteatro, fondo norte, una pancarta casera, definitiva, sincera, muy pequeña, con sólo tres palabras:¿Iremos a Cibeles?.