Espanyol 0 – Real Madrid 4
Roberto Durán “Mano de piedra” en su memorable combate contra Sugar Ray Leonard, temerariamente fió el resultado del combate a un cuerpo a cuerpo, confiado en su mayor pegada y su condición de duro fajador. En aquel combate, pese a infligir múltiples heridas a su adversario, fue declarado perdedor por puntos. Y es que Sugar Ray hizo posible su victoria merced a una depurada técnica y a saber precisar los golpes clave.
Así propuso el Madrid su partido en Cornellá. Victoria cómoda, aunque casi nunca diera esa impresión. Y todo es porque últimamente el Madrid deja los partidos sin control, renunciando a la presión en todo campo, fiando su suerte a su mayor pegada. Y cualquier día, estos cómodos resultados con equipos de inferior potencial van a propiciar una derrota con un rival que esté a la altura de las circunstancias.
Es fiar tu destino al cara o cruz antes que fiarlo a la constancia del trabajo. Y la segunda alternativa siempre ha sido más provechosa a largo plazo. Máxime cuando se le bajen las persianas a Cristiano o Higuaín.
Hablando del Pipita, es encomiable el espíritu de lucha y sacrificio de este jugador. Desde que llegó al Real Madrid todas las temporadas, cual Ave Fénix que renace siempre de sus cenizas, ha tenido que empezar remando contracorriente y, salvo lesiones, al final siempre ha terminado imponiéndose a su rival en el vestuario y haciéndose con el aprecio del entrenador.
Es por ello que siempre he pensado que el Pipita Higuaín encarna en su persona todos los valores del madridismo, todo sea por su espíritu de lucha, su afán de superación, sus ansias de victoria, su humildad, su saber estar, tanto en la cúspide como en el banquillo. Y si utilizáramos con él el mismo método utilizado tantas veces con ese mito del madridismo llamado Raúl, cambiaría la opinión de la pléyade que tanto discute sus méritos.
Si analizaramos sus cifras fríamente, comparándolas con otros considerados megaestrellas, podría ser que reparámos sorprendidos que su aportación al equipo en goles (ocupación básica de todo delantero) está a la altura de los más grandes. Aunque me tachen de loco, cada día le veo más similitudes con aquel caimán del área llamado Hugo Sánchez. Si tirara tantos penaltis como el “macho azteca” veríamos las cifras a que llegaría, aunque hoy por hoy, con el tiburón Cristiano al lado es utópico pensar en esa posibilidad.
Me gustó: El segundo golazo de Higuaín. Una obra maestra de killer auténtico.
No me gustó: Albiol. Su salida del balón es simplemente deplorable. Que un jugador de su talla se ciña a despejar balones al tercer anfiteatro dice poco en su favor. Y luego resultará que Mourinho les pone la cruz.
Pepito Grillo: Cuando no hay argumentos, hay que ver a que extremos llegan la prensa casquera deportiva. Hasta donde han estirado la artificial polémica de la tontería de pregunta en catalá a Mourinho. Al final el portugués se transmutará en el toro que mató a Manolete.
Rappel: Parejo, esa perla de Valdebebas, el nuevo DiStéfano, no jugará el año que viene en Valencia. Y Canales aguantará un año más y volverá a donde debe.
ya estamos con los debates de turno. Higuaín o benzema?? Siempre la misma historia. Pueden jugar los dos. O un partido uno y luego el otro. Los dos merecen el puesto y los dos tendran oportunidades de sobras. bendito problema. Saludos.
ResponderEliminarLo increible del segundo gol no es solo la definición magnífica de Higuaín... hay que ver como se mueve por todo el campo... empieza la jugada en la banda izquierda y acaba haciendo un sprint a la derecha...
ResponderEliminar¡¡Genial movimiento y genial definición!!
¡¡Gran blog!! Si quieres pasarte por el mio y echarle un vistazo... Está recién empezado
@ Damokles
ResponderEliminarNo creo que haya debate, cuando juega uno, marca y el otro también. Creo que veremos muchos partidos con los dos.
@ Ñako
Totalmente de acuerdo. Me paso.