Frontispicio

Ancelotti es, no lo olvidemos, apuesta personal de Florentino

16 enero 2019

DiscrecionaliVAR


Hay un viejo aserto que indica que es mejor cerrar la boca y parecer estúpido que abrirla y confirmarlo. Si yo fuera amigo de Velasco Carballo se lo habría recordado cuando terminó la comparecencia para aclarar (sic) y evaluar el uso del VAR en la Liga española.

Aunque también es cierto que él podría contraatacar diciendo que los estúpidos somos los que creemos que el VAR y su uso son justos, ponderados y equitativos. Y tendría razón, pues la cara de bobo que se me debió quedar tras oír sus conclusiones fue épica.

La conclusión, según Velasco, es que aciertan una barbaridad, casi ni se equivocan y que las ruedas de molino son un buen sustitutivo para la comunión. Sigan, sigan, todo OK, José Luis.

Preguntado por el despropósito, Solari volvió a hacer gala de su inteligencia y de esa rara cualidad de los argentinos: maestros descriptores sintéticos. “Lo que nos preocupa del VAR es su discrecionalidad”. Su discrecionalidad. Chúpate esa Mortadelo. Como diría Schuster, “no hase falta disir nada más”.

¡¡ Si señor !!, ese es el p…o problema del VAR: su discrecionalidad. Por lo demás funciona maravillosamente. Sobre todo para algunos equipos, históricamente beneficiados desde hace muchos años.

Para concluir, visto lo visto, sólo queda afirmar que el VAR en España no es la herramienta que todos pedíamos. Si un árbitro cualificadísimo, espléndidamente pagado, con tropecientas repeticiones, no es capaz de apreciar error en el penalti a Vinicius, el sufrido por Mata en San Mamés o las manos (sic) del penalti del Calderón, todo esfuerzo posterior es baldío.

Y ante esto sólo puede haber dos hipótesis: O no intervienen porque no les da la gana o es porque no tienen pajolera idea de lo que es arbitrar. Y no sé cuál de las dos me da más miedo. De todas formas yo apuesto doble a nada por la primera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pincha aquí para dejar tu comentario.