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01 mayo 2017

Tres puntos más, un partido menos


Real Madrid 2 - Valencia 1

Tres puntos más, un partido menos. Esa es la única verdad absoluta del partido, lo demás, como casi todo, opinable. Podemos rescatar aquel debate ochentero de si era mejor la cara A o la B del último longplay de Status Quo, aplicándolo a la recién descubierta dualidad del equipo blanco. Podemos debatir si Marcelo es un puto genio y debería ser el extremo titular de este equipo o si es un desastre defensivo, que para el ataque sube como brioso corcel árabe y para defender baja como artrítico burro manchego. También podemos debatir si Zidane es un buen entrenador (es el que mejores cifras tiene en la historia del club a estas alturas) o sólo tiene flor.

Si quedan ganas podemos debatir si el Madrid es que tiene suerte en los minutos finales o es que le sale así de natural, aunque acotando, claro está, que tantas veces suerte suele indicar la existencia de razones ajenas a este don (cuando alguien gana habitualmente a la ruleta es un indicio claro de fuerzas externas al azar). Podemos debatir incluso si el Bernabeu, cuando le da por apretar en lugar de silbar, es una fuerza poderosa que suele inclinar los partidos del lado de los blancos, los suyos….. De todo podemos debatir, pero lo único, lo incuestionable, es que quedan cuatro partidos para ganar la Liga.

Y de todos los debates anteriores, mi opinión es que la cara A es mejor que la B, pero tiene tres marchas menos, que Zidane no es tonto, aunque haya muchos "listos" que le ofrezcan lecciones gratuitas sin haberse puesto un chándal fuera de un domingo mañananero con un perol en el campo. Sobre Marcelo, si tuviéramos alguien fiable atrás que no es el caso, lo colocaría en situaciones de estrés como extremo, pero hasta entonces debemos fiar la suerte a que el saldo entre lo que aporta, que es muchísimo, y lo que perdemos con él, que es bastante, sea favorable.

Y el Madrid no tiene suerte en los minutos finales, la busca. Es como un amigo de mi juventud, infatigable a la hora de sacar a bailar a las chicas, casi siempre, al final alguna lo acompañaba a la pista en penumbras. Lo daba todo, no se arredraba nunca ante las negativas sarcásticas, ante dolores de pies repentinos, ante nada………. siempre lo intentaba, hasta la última canción y siempre había alguien que apreciaba sus esfuerzos y obtenía su recompensa. Ese es el Real Madrid, hasta el final, vamos Real.

La Liga se vislumbra blanca, pese a que la jauría mediática (cuidando por sus intereses de mantener viva la ilusión de todos) intente vender día si, día también, que el único club que depende de sí mismo para ser campeón y que aspira a Campeón de Champions es una pléyade de problemas, mientras en el noroeste, es el país de las maravillas. Y de los valors, claro está.
A por ellos.


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