Real
Madrid 4 - Sevilla 1
Hoy
si, hoy la pegada ha salvado al Madrid. Ya era hora por otra parte. Era un
argumento que hacía falta en estos tiempos de nerviosa expectación. A estas
alturas todos los argumentos son necesarios y más si compruebas el execrable
sesgo del arbitraje que sufrimos. Si no lo estaba antes, hoy Undiano ha dejado
meridianamente claro que nos van a poner todas las trabas del mundo. Y a los
culés, alfombra roja, por supuesto.
Empezó
bien el Madrid, con una pillería de Nacho que demuestra su máxima cualidad: la
concentración permanente, que cuasi diría Franco Battiatto. Poco después,
Cristiano la empujó. Que bien la empuja Cristiano, que suerte tiene el jodío,
estar ahí, siempre, para empujarla. Dos goles con una sóla ocasión, chúpate esa
Sampaoli. A partir de ahí, a sufrir. El Sevilla mereció más, mucho más, pero la
suerte y un Keylor descomunal permitieron aguantar la ventaja al descanso.
En el
inicio del segundo tiempo, el blandengue balance defensivo de media y defensa
hizo bueno ese refrán de que tanto va el cántaro a la fuente que acaban
marcando. Y marcó el Sevilla. Y no sólo eso, jugaba mejor. Los blancos estaban
espesos, les costaba Dios y ayuda llegar al área contraria con fluidez y el
balance defensivo era pésimo. El Bernabeu encogía el alma y el esfínter. Sólo
la Grada Fans seguían empujando, indesmayables e impertérritos ante el temporal
palangana. Y entonces, como McGyver, el alineador de la sonrisa y la flor hizo
un doble cambio que, como dirían en una boda gitana, puso lo de arriba abajo.
Entraron
Casemiro y Lucas y milagrosamente las aguas volvieron a bajar mansas y
cristalinas. Los chakras se alinearon y el orden volvió. Que suerte tiene Zidane, oye. Y como Moisés con las aguas, como el galán que deja su chaqueta
a la chica bajo una ventisquera, para que el Bernabeu quedara más tranquilo,
hizo que calentara Modric, gesto que fue lo más parecido a una promesa de amor
eterno. Tras la ovación al pequeño gran Luka, todas las piezas volvieron a
encajar, CR7 la volvió a empujar (esta vez con un poco más de fuerza, limpiando la
escuadra) y el reloj volvió de nuevo su monótono tictac de ocasiones blancas, con el
metrónomo Kroos pasando de nuevo a la red. 4-1 y a seguir soñando.
Me gustó: Keylor, Nacho y Asensio. Y pónganles el orden que prefieran.
Sobresalientes en su labor, creciendo en los momentos cruciales de la
temporada. El presupuesto, que dirían los que no nos pueden entender.
No me gustó: Undiano Mallenco lo intentó, pero no lo consiguió. Comprobar a mitad de
partido que el Madrid llevara la mitad de faltas que el Sevilla y el doble de
tarjetas, fue la demostración más clara de su sesgo interesado. Ya soy mayor
para creer en hadas y arbitrajes neutrales y a las pruebas me remito.
Pepito Grillo: Raúl, "el madridista" comentarista de
BeinSports, se permitió decir durante el transcurso del partido: "Ha sido
una lástima que la vaselina de Jovetic se haya ido al larguero". Y se
queda tan pancho el tío. No sé qué secreto inconfesable de Florentino guarda,
pero si no es así, es incomprensible que el personaje esté en Junio en el
Bernabéu. ¿Que va a aportar? ¿Pellizquitos de monja?
James
escenificó de forma brillante su despedida del Bernabéu. Una lástima, pero es
lo mejor para todos. Un nuevo ejemplo de la exigencia del Real Madrid, donde no
es suficiente ser un jugador extraordinario (que lo es), además hay que
demostrarlo SIEMPRE y ahí el colombiano se durmió en los laureles. Suerte en Manchester.
Franciscus: Se va a sufrir más en Málaga que en Vigo, ojo …..
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