Real Madrid 3 - Leganés 0
Madrugamos como quién va
de matanza. A las 5 ya estábamos en danza para cumplir con el rito anual de la
peregrinación al Bernabeu. La ida se hizo cómoda, con la anécdota de que la
hicimos en el bus oficial del Extremadura U.D. y a la llegada a Madrid todos
los extremeños (supongo que sería por eso) saludaban a nuestro paso. Madrid nos
recibió con una mañana fresca, casi desapacible en las alturas del tercer
anfiteatro norte.
Casi sin respiro, a sentarse.
Los pepineros empezaron a hacerse notar. Mis felicitaciones por su actitud, empeño
y animación. Unos señores bien educados y animosos, haciendo honor a la
procedencia mayoritaria de sus padres emigrantes.
Empezó el partido y todo
parecía indicar que a los madridistas les pasaba como a nosotros, o bien habían
madrugado demasiado o aún estaban dormidos ya que el primer tiempo fue
soporífero, malo hasta decir basta. Se jugaba en veinte metros por el achique
de espacios estudiado por Garitano, el Madrid nunca fue capaz de interpretar
esta apuesta, nunca buscó la espalda de la defensa, donde la velocidad de Bale debería
ser crucial. Terminando el primer tiempo, por fin, supieron ver la inmensidad
que existía tras la zaga pepinera y Bale hizo realidad mi predicción. Después
apuntilló al Leganes en el umbral del descanso. La única brizna verde entre el
erial del partido.
El descanso llegó dejando
esa impresión vaga y molesta de haber cumplido con la obligación pero sin la
satisfacción del trabajo bien hecho. Contentos, pero sin motivos para presumir.
Pero no fue lo peor, lo peor fue la continuación, como temía. El Madrid se
sabía ganador pues los pepineros sólo acertaban a conservar su tacticismo,
esperando a un regalo de los anfitriones, pues de otra manera se intuía
imposible que pudieran marcar. Y ya sabemos, como quedó demostrado en Varsovia
el miércoles, que cuando los blancos se ponen en modo "ganar con el
escudo", de tercera marcha no pasan.
El segundo tiempo se pasó en
rondos infinitos, pases o mal ejecutados o mal interpretados, patadas pepineras
sin fin, con el sólo motivo de cortar cualquier atisbo de jugada y con la única
alegría de la vuelta de Lukita. Con él se abrieron un poco las persianas, el
juego pasó de ser mortecino a sólo lánguido y Morata pudo reivindicarse en un
partido en el que le fue imposible hacer más, pese a sus esfuezos, merced a la
serie interminable de faltas y patadas que recibió. Cuanto lucha Morata y que
bien protesta.
Terminó, 3-0, líder. Pero
yo sigo con mi incertidumbre. 28 partidos sin perder, líderes, equipo al
parecer muy unido, plantilla excepcional ………pero no acabo de ver los brotes
verdes que anuncien una primavera florida, hermosa y blanca. Eso si, no le debemos nada a nadie y no todos pueden decir lo mismo.
El próximo mes será determinante en un sentido u otro. Zidane puede llegar a emular a Pep oliendo a mirra y canela hasta cuando ventosee o puede pasar unos Reyes en que se le cuestione hasta la sonrisa. Confiemos.
El próximo mes será determinante en un sentido u otro. Zidane puede llegar a emular a Pep oliendo a mirra y canela hasta cuando ventosee o puede pasar unos Reyes en que se le cuestione hasta la sonrisa. Confiemos.
Dado que el partido no devolvió
el peaje del madrugón, la entrada y los 800 kms, nos tuvimos que desquitar con
una memorable comida futbolera, uniendo lazos y disfrutando de la cercanía de
la amistad cultivada en la distancia. Volveremos Bernabeu.
Me gustó: Bale,
como es lógico. Nacho, profesional y acertado (no oiréis cuestionar si debe
jugar Ramos o Nacho) y también Marcelo. En defensa es muy cuestionable, pero es
un jugador que aporta un vitalismo desbordante al equipo, devuelve siempre el
precio de la entrada.
Y reseñar el comportamiento señorial y educado de Bale y Kroos. Sólo ellos dos terminaron saludando a sus jefes al término del partido desde el centro. Síntoma de que han conocido otro fútbol que respeta al aficionado como debe. Que aprenda Ramos y se aplique el cuento. Obligatorio.
No me gustó: Cristiano está para los leones. Pero
no se le puede cuestionar. Se lo ha ganado a pulso. Yo le permito que se tire
así hasta los Reyes. Que descanse, que no luche por el pichichi. Que luche por
el Balón de Oro en mayo, que aún no le hemos visto destacar nunca a final de
temporada. Isco también estuvo muy desacertado, perdió mil balones o más,
aunque en su descargo habría que decir que lo intentó en todo momento.
Pepito Grillo: Hoy va de árbitros. Después de sufrir
a Mateu por la mañana, a la noche otra ración de corrupción arbitral en
Sevilla. Y no me sorprendió, tengo testigos a los que anuncié la mala hora.
Anticipé que lo de Mestalla se volvería a repetir y así sucedió. Casi
milimétricamente otro gol en fuera de juego flagrante y otro penalti clarísimo
al limbo. Ya llevan los culés al menos seis puntos regalados. Seis. Así es muy
difícil ganar la Liga, pero si el Madrid cumple y no regala nada, será blanca.
Y después, para acabar de adobar el guiso, uno sigue la cobertura mediática del
partido y ya la doble vara de medir se hace tan evidente que dan ganas de
mandarlos a todos al carajo. Sólo me queda por hacer una pregunta: ¿Cómo hemos
llegado a esta situación tan anómala y mentirosa?
Franciscus: En el derbi seguiremos invictos. Y
escucharemos al periodismo mierdero escudriñar hasta en los tampax. Al tiempo.
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