La levedad del visitante

Celta de Vigo 2 - Real Madrid 1

Otro partido más lejos del Bernabeu y otra derrota más. El que fuera hace cuatro meses el mejor equipo visitante de la historia pasa hoy un vía crucis cada vez que sale de la atmósfera protectora de la Castellana. Y no es excusa que los rivales vistan sus mejores armas de guerra para recibir a los blancos pues así ha sido siempre y lo será.

Lo que si es un hecho cierto es la falta de un empuje continuo, persistente y ganador. El mandar en el partido desde el inicio y el lanzar el mensaje claro de que “este partido lo vamos a ganar por lo civil o por lo criminal”. Éste último detalle, por si mismo, vale que la defensa rival baje diez metros la línea de presión. Y eso ya es media victoria.

La otra media la deben buscar las dos líneas ofensivas, a base de talento, desmarque y disposición. Y esa es otra falla que se echa de menos. Aquella gloriosa “pegada” de antaño ha huido como rata ante un naufragio. Aunque Cristiano sigue ofreciendo cifras demoledoras, la dupla atacante restante no aporta ni la mitad de goles que el pasado año. Y la segunda línea, con los Özil, Di María, Modric, Callejón, etc.... no termina de aportar ese plus que dio tantas victorias.

Y tampoco hay que echar las culpas a la defensa, pese a los dos goles encajados, pues en Liga el Real Madrid es el equipo menos goleado. Tampoco a las rotaciones, pues el once inicial ante el Celta era un once de plenas garantías, sin concesiones a la tribuna incluyendo canteranos. Mou, una vez más, supo leer el partido correctamente y sabía que partido se iba a encontrar. Y en estos partidos serios, sean de Copa, Liga o Trofeo de la Galleta, han de jugar los más contrastados y así lo hizo.

De hecho los dos goles encajados no vienen de errores propios o falta de rigor. El primero, para mí, fue ilegal por un clarísimo fuera de juego de un jugador en plena trayectoria del balón, que se inhibe tarde. Y el segundo es un golazo que Bustos probablemente no volverá a marcar nunca más uno igual. Y aprovecho al inciso para recalcar que los árbitros vuelven a estar en contra, pese a las advertencias previas. El gol ilegal y el claro penalti a Callejón vuelven a ofrecer un sesgo diferente final que se vuelve a repetir en los partidos fuera de casa.

Después del partido volvimos a oír hablar de falta de actitud, de que debemos mejorar y patatín y patatán. Mourinho asumió parte de las culpas y volvió a señalar a algún jugador por su falta de entrega y oye, fue como echar de comer a los pollos, como no hay peor sordo que el que no quiere oír, la jauría mediática siguió pidiéndole asunción de culpas y cilicios perpetuos. Aunque tengo la completa seguridad de que los aludidos ya lo sabrán directamente, echo de menos algún partido en la grada, tipo Ramos ante el City.

Al final, un resultado aceptable para la vuelta ya que, aunque parezca lo contrario, faltan 90 minutis molto longos en el Bernabeu. Y dar de nuevo las gracias a ese portento de jugador llamado Cristiano Ronaldo al que tanto debemos.