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Ancelotti es, no lo olvidemos, apuesta personal de Florentino

10 junio 2007

Minuto Mágico

Zaragoza 2 - Real Madrid 2



Uno de mis refranes favoritos es que el fútbol, objetivamente, no sirve para nada, pero eso sí, da un montón de conversación, alegrías y penas. Y lo de anoche lo demuestra. Las dos horas que pasamos frente al televisor dan para una galería completa de emociones cambiantes, de sentimientos desbocados (curiosamente muchas veces contrapuestos a los expresados segundos antes), de sensaciones, que el cuerpo y la mente te dicen que vas a recordar muchos días.

Todo eso reunido en un microcosmos futbolero, que es en lo que se transforma el pub donde me gusta ver el fútbol. Ahí tenemos la suerte de contar con radio por auriculares, dos pantallas simultáneas, con madridistas irredentos, pesimistas, forofos (esta es mi categoría), pero además, y esto es una gran suerte, contamos con la nunca bien ponderada asistencia de culés forofos, pesimistas, iracundos y objetivos. Si a este cóctel le añades algunas gotas de antimadridistas y promadridistas rebotados de terceros equipos, te da el marco perfecto para saborear momentos como los pasados anoche.

Y es que con esa puesta en escena, es fácil saborear más intensamente el fútbol, pues te da ocasión de contrastar opiniones, de sentirte arropado en las alegrías y nunca huérfano en las penas.

Además de lo dicho, este es un buen ejercicio para testear nuestro corazón, ya que en mi opinión, todo madridista que haya sido capaz de aguantar toda la liga, con los finales de infarto que nos están regalando, no es necesario que se haga una prueba de esfuerzo. Con ese corazón aguantamos la subida al Tourmalet, después de llegar a los Alpes nadando desde Mallorca.

Hoy renuncio a contar lo que pasó en el partido, para eso está gente más ilustre (yo como gourmet siempre recomiendo a Juanma Trueba y el gran Guasch), pero eso sí, no renuncio a volver a degustar esos momentos vividos. Alegría con el primer gol del Espanyol.. Indignación tras pitar el penalti rigurosísimo. Ira un minuto después, con la mano de Mecí (de Dios hubiera sido si lo hubiera hecho un madridista, pues todos sabemos que Díos es blanco). Decepción en el descanso por la escasa relevancia del juego. Esperanza tras los cambios realizados tras el descanso. Angustia tras el segundo gol del Zaragoza y del Barcelona.

Y después, faltando un minuto, con todos los culés pisoteando bolsas de pipas, y los madridistas rezando por un puntito en forma de empate para que el naufragio de Tenerife no reviviera …………….. alegría en grado 5 de la escala Richter por el gol de tronquito Van “Gol”. Y dieciocho segundos después, con la mitad despistados mirando allí y allá, TAMUDO, TAMUDO, TAMUDO. Alegría en grado 10,5 de la misma escala. Las gargantas rotas gritando gol, los ojos saliendo de las órbitas, de pie, manos arriba, sin bolsas de pipas que reventar, y otra emoción, el orgasmo futbolístico (menor que el sexual pero nada desdeñable), la camaradería en el abrazo, la unión de almas en un sentimiento fraternal, liberando lastre de toneladas de miedo y angustia largamente acumulados en tres años largos, muy largos. Y aún después de toda esta amalgama de sensaciones, aún quedaban algunas no vividas, frustación de algunos amigos barcelonistas, furia de otros algo más radicales, caridad por mi parte ante su desgracia y prudencia, la de mi primo preguntando ¿y el Sevilla?, y es que de éstos nadie se había acordado que estaban invitados a la fiesta, por más saltos que dieran en mitad de la pista.

Y como decía al principio en mi refrán, lo bueno de todo esto es que no sirve para nada. Puesto que si el domingo no ganamos (rezo por que no sea así) a lo de anoche habrá que etiquetarlo con otro refrán. Engordar para morir. Crucemos los dedos.

Perdonad por lo largo pero hoy el cuerpo me pide guerra.

Me gustó:
Tres cosas: TAMUDO, TAMUDO y TAMUDO (siempre he sido periquito). Un santo varón.

No me gustó:
- Que el presidente del Madrid saliera a dar la vuelta de honor en el césped, cada uno tiene su lugar y el suyo siempre estará en el palco. Siempre es mejor esperar a que te reconozcan tus méritos que ir reclamándolos, aunque éstos sean justos.



- La política arbitral, yo honradamente creo que en situación normal, anoche el Madrid hubiera sido campeón de liga. El penalti para mi no fue, el segundo gol de Milito es sospechoso de fuera de juego, y de la mano de Messi, mejor ni hablar. Con esas, las cuentas de la lechera si el Madrid hubiera ganado, el Barca perdido y el Sevilla empatado, sería el Madrid campeón.

Pepito Grillo:
¿ Se habrán planteado en el Madrid fichar a Tamudo y Diego Milito?.
¿Raúl habrá reflexionado sobre el nuevo papel que le tocará jugar la próxima temporada?
¿Se irá Capello?. ¿Vendrá Schuster? ¿Qué hará Michel Salgado?.
El domingo, si gana el Madrid, ¿se habrá acabado definitivamente la era galáctica?

Dada la semana que se avecina, prometo escribir todos los días, os reto a hacer lo mismo.

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