Cuando Salvador Illa presentó
el plan de desescalada del COVID-19 llamó a la etapa última "Nueva
Normalidad". Y futbolísticamente la clavó el tío. Estamos como siempre,
pero más cargado de bombo que decía aquel director de banda de pueblo cuando le
pedían otra canción: "La misma, pero más cargada de bombo…."
El Madrid gana, normal. Lidera
la Liga, también normal, pese lo que les pese a algunos. Los culés lloran y
patalean, normal. El antimadridismo demuestra día a día que sus fobias son las
anteojeras de su raciocinio, normal. Todo normal, como siempre…… Pero como hemos
pasado una fase anormal, atípica, extraordinaria, pues todo esto que es más viejo
que el hilo negro, se figura a los no iniciados como extraordinario. Pues no.
Futbolísticamente, el
interregno del Villarato, Arminiato y culerato no ha sido más que una infección
de un virus extraño, que obligó a comportamientos raros y atípicos durante un
tiempo, pero al final, como todas las excepciones, llega a su fin y la
normalidad se impone. Como dicen los viejos que se sientan al sol, al cabo de
los años mil, las aguas van por donde solían ir.
Hoy el Madrid tiene la Liga
casi sentenciada y la nueva normalidad ha venido en buena parte provocada por
la vacuna que va a salvar el fútbol español y mundial: el VAR. La nueva
normalidad produce sorpresas como que un club que se tiró dos temporadas sin
expulsarle a un jugador ni pitarle un penalti en contra, hoy, tiene saldo
negativo…… Un club al que le pitaron
mientras tanto diecinueve penaltis, diecinueve, a favor, hoy tenga un saldo de -1.
Lo intentaron la temporada
pasada y la primera parte de ésta, pero hoy con el VAR ya es imposible metabolizar
jugadas tan escandalosas como el gol de Suárez al Leganés, la patada del mismo
a Varane para marcar un gol, los penaltis del último partido de la Liga contra
el Eibar o la expulsión de Cristiano en la última Supercopa que jugó…..
Ya no cuela, el fraude ya no
da para más. Y todo ello conlleva lo inevitable, el crujir de dientes, el
rasgarse las vestiduras, el llorar desconsolado a la madre Tierra, el protestar de que salga el sol quejándose por que no se ve. Hoy el Madrid gana por el VAR
y los árbitros. Normal. Lo de siempre. Que sea verdad o no, ni les preocupa
ahora ni les ha preocupado nunca. Y por ende, el madridismo debe optar ante
ello eligiendo la misma actitud con que Setién ve pastar las vacas.
Ya se acuñó ese lamento con un
cántico que, como la posverdad, crea pústula para no irse. Un cántico que hasta
Buyo entonó en un calentamiento: "el equipo del gobierno, tra la ra la ra
la rá….". Ese cántico es el epítome de las tablas de la ley del
antimadridismo, y como tal lo debemos tener. Ese cántico, como mi preferido del "Así, así, así gana el Madrid" es una medalla que ganó la grandeza
del Madrid. Honrémosla.
Bienvenidos a la nueva
normalidad. Y dientes, dientes, que es lo que les jode…………..
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