Hoy Casillas ha dicho
adiós en una comparecencia pública que ni el peor de sus enemigos podría
empeorar. Si el sainete de estos cuatro días previos ha sido desolador, las
declaraciones de sus padres han supuesto la puntilla al sinsentido de su marcha
del Real Madrid. Y me da pena que sea así, mucha pena, porque su historia no
debería haber tenido este triste final.
Finalizar en el Real Madrid
es marcharse y marcharse del Real Madrid es como morir un poco. Por eso esta
mediodía tuve la sensación agorera de estar en un funeral, que su comparecencia
más que un "hasta luego" era un obituario y que todas las oraciones
se conjugaban en pretérito, con la certeza de que nunca habría futuro. Y su
futuro en el Real Madrid es muy difícil. Si ya lo era el 30 de junio, la
comparecencia de hoy lo ha acabado de sepultar.
En ella, sus palabras han
sonado huecas, artificiales, casi en lenguaje administrativo. Sólo le quedó
despedirse con un "Que Dios les guarde muchos años". Su voluntaria y
estudiada soledad de hoy invocaba, en cierta forma, esas figuras de El Greco. Su
porte oscuro pretendía la compasión, su parco discurso pareció asemejarse al ascetismo
del eremita y sus lágrimas, secas, quisieron hacer trascender un dolor que a mí
me pareció casi forzado. Y el resultado final no logró lo que entiendo que
pretendía: No quedó tristeza sino pena, no quedó la sensación de malestar por
la pérdida sino cierto alivio por la marcha. Todo ha salido mal.
El acto ha sido hosco,
teatral, patético en algunos momentos (ese amago de levantarse esperando el
aplauso fácil de la prensa, abortado por la renuencia de ésta y su cara de perplejidad
a lo ¿tú también Pedro?)... Y, lo que es peor, ha sido desconsiderado. Desconsiderado a un
club y a una afición que le ha dado todo y a la que, en su despedida, no le ha
quedado nada. Le ha hurtado, quizás premeditadamente, un acto público normal,
evidenciando las secuelas de un divorcio sin mutuo acuerdo, a pesar de haber
alcanzado uno. Y como en todos los divorcios, todas las partes tienen parte de
culpa, pero en éste Iker ha asumido el rol de cónyuge que, pese a quedarse a los
niños, la indemnización, la casa, el coche y que la hipoteca quede a cargo del
otro cónyuge, sigue diciendo - y su familia también - que en el fondo nunca se
sintió querido. Quizás todo empezó a ir mal el día que le apodaron "Santo" y el oximorón no le incomodó.
Pero Iker, tras una ruptura, siempre hay un mañana diferente, un día distinto, con otras rutinas. Iker mañana se dará
cuenta de la grandeza del Real Madrid, comprobará en sus carnes que el cálido
hábitat en el que se ha criado estos 25 años es un reducto único y que fuera hace
un frío polar. Conocerá la incomodidad de una sala de prensa crítica, nada
servil e inquisidora de su quehacer deportivo. Vivirá en un vestuario
desconocido, tanto en el idioma como en su papel, alejado de la capitanía. Y su
pareja le recordará una, dos, tres …. decenas de veces que Oporto es una ciudad
de provincias, inadecuada para su status de marujona mediática.
Deberá asumir
una nueva afición, expectante pero exigente, que no le recibirá como un dios menor en
su visita a Tondela. Y quizás sus años y carencias darán, por desgracia, la
razón a cuantos hemos postulado que, además del asunto de la capitanía,
simplemente no tenía nivel para defender la portería del club más importante
del mundo. Y en ese punto no tendrá toda una jauría mediática defensora de lo
imposible. Quizás en ese instante recuerde la antítesis de la despedida de Zidane y la suya. Y quizás, sólo quizás, dude.
Hoy sólo le deseo que le
vaya bien, pues al Madrid estoy seguro que le irá mucho mejor sin él. Espero
que no se cumplan los miedos de sus padres y no acabe como un juguete roto.
Hoy, como en todos los funerales, me exijo no mirar demasiado al difunto,
acordarme de sus buenas obras - que las tuvo y muchas - e intentar olvidar las
pequeñas miserias que, como humano, se cometen.
P.D. El Real Madrid le ha
dado en estos 16 años, según mis cálculos, aproximadamente 165 millones de
euros (27.500 millones de pesetas).
A mi me parece que Iker se ha ganado el sólito el final que ha tenido. Me apena que un jugador de la casa haya acabado así, por decisión propia eso sí.
ResponderEliminarCreo que es un tío sin personalidad suficiente para ser el capitán del Real Madrid, y eso lo ha aprovechado su "amigo" Xavi Hdez. Creo que le comió el tarro y la tostada y no supo diferenciar amigos de enemigos.
Ha sido el tonto útil del Jardinero de Terrassa, y por último ha creído a ciegas en sus amigos de la prensa que lo elevaron a los altares.
Esos han sido sus dos pecados.
Tanta gloria lleve como paz deja.
@GautierDurant