Antes de ayer mi amigo John
Coughran (@GautierDurant en
Twitter) me rescataba de las miasmas del infortunio blanco en que me hallo
sumido de la mejor manera posible: "Se echan de menos tus crónicas en Todo
Real Madrid" me decía. Por un lado un mandato, cortés pero con el derecho
moral de quién es asiduo y se siente olvidado. Por otro el mejor de los
elogios, pues quién escribe siempre lo hace en buena parte para los demás,
intentando huir de ese terror siempre presente del ¿habrá alguien al otro
lado?.
Le contesté
comprometiéndome a reiniciar la actividad, espantando las brumas que este mes
de mayo de mierda nos ha deparado, quizás como terapia contra la tristeza que
arrastro cuando contemplo las ruinas de un proyecto que podría haber sido
maravilloso y que ha acabado en la más absoluta hecatombe.
Y como siempre fui persona
de palabra, aquí está, en su honor. Y por una vez miraré al pasado en lugar de
al futuro como tengo costumbre. Y lo haré porque creo que la llave del futuro,
en el caso del Real Madrid, está en el pasado. Sólo mirando los errores
cometidos, seremos capaces de conseguir el futuro esplendoroso que todos
creíamos en nuestra mano en diciembre y que como agua se nos fue escurriendo de
las manos hasta llegar a la más completa nulidad en mayo.
El 8 de febrero, tras las
debacle del Calderón, Franciscus predecía que este año, ni Liga, ni Champions
ni ná de ná. Y en contra de la opinión de Piqué, siempre tan ocurrente y tan
puntual en sus complejos, la decadencia no empezó con Kevin Roldán, sino cuatro
horas antes a orillas del Manzanares. Esa noche el plantel de jugadores, con
sus capitanes "campeones der mundo" a la cabeza, hicieron patente el
eterno defecto del vestuario blanco: el endiosamiento. En esa entrada (que recomiendo su relectura) advertía de las señales que anunciaban la ruina que se
produjo en mayo.
Posteriormente fuimos
conociendo poco a poco los mimbres de la derrota: un entrenador envarado
tácticamente, sin hegemonía en el vestuario, contemplativo ante algunos
dislates (fiestas hasta las cinco de la madrugada y salida con pasamontañas) y
complaciente ante la apuesta de titularísimos capitanes en penoso estado de
forma. Eso si, ni una mala palabra. Y por ello acabó aplaudido en rueda de
prensa por los periodistas, gesto en el que éstos tomaron el papel de
Macro, asfixiando a Tiberio en su último estertor.
Y como consecuencia de lo
anterior, una permanente apuesta por los "fijos" del vestuario y
verdaderos mandos de la nave. Daba igual que todo el mundo advirtiera la pésima
temporada de Ramos, la horrible senectud de Casillas, el eterno embolique de
Bale, las lesiones de Cristiano, el desplome de Kroos o la pésima recuperación
de Modric y Benzemá. El plan ya estaba fijado y, como Emiliano Zapata, estaban
dispuestos a morir por sus principios. Y murieron, pero sólo uno fue cadáver,
el resto pasaron a la categoría de zombies. Unos zombies plenipotenciarios en
el vestuario, que se toman la libertad de criticar las decisiones de la
Presidencia elegida por los socios que les pagan o que se permiten exigir
aumentos y renovaciones por su "trayectoria". Unos zombies que siguen
permitiendo y contemplando como su rivales engordan su palmarés con un hambre
eterna que rivaliza con la reina Níobe, mientras ellos con una sola bacanal ya
parecen saciados para el resto de su carrera.
Todo esto contemplado por
un Presidente acomodaticio que vuelve a pagar errores cruciales en su proyecto. El Real
Madrid no puede estar perpetuamente en esa rueda de entrenador padrazo - entrenador
dictador. El equipo no puede tener limitadas decisiones estratégicas como la
continuidad de Casillas, desechadas por el temor a una prensa ventajista y
carroñera. No se puede permitir eliminaciones ante equipos netamente inferiores
como Atlético en Copa o Juventus en Champions. No se puede ser el equipo más
goleado de los cinco primeros. No nos puede avergonzar un Schalke de la vida
con cuatro goles en el Bernabeu. No se puede perder un partido vital en el Camp
Nou de la forma que se perdió. No señor. Pero lo que no es admisible es que
después de tantas señales, nunca, en ningún caso, se torciera el rumbo, se
oyera un puñetazo sobre la mesa, hubiera una leve señal de orgullo blanco. Ese
es el verdadero problema. El endiosamiento de buena parte del plantel no
permite que nada ni nadie cuestione ni su aptitud ni su actitud. Y mientras
siga así, volveremos a caer.
Desde mi humildad, y para
el futuro, sólo un consejo al Presidente, que dejo en forma de viñeta del siempre
genial GesiOH!. Y lo que diga Rafa.
Para mí es todo un honor que me dediques una entrada en tu blog. no creo merecerlo como ya te dije en Twitter es más la necesidad de leerte y de sentirme acompañado en un tan nefasto final de temporada. Me parece que la cantidad de comentarios que hay en tu blog no hace honor a la calidad de tus escritos. Lamentablemente no tengo muchas oportunidades de escribir en los dos o tres blogs que sigo porque casi siempre os leo en los trayecto de tren y desde el móvil, con la dificultad que esti entraña para escribir.
ResponderEliminarYendo a la entrada de tu blog no puedo estar más de acuerdo. Para mi el resumen de una temporada que tenía que haber sido historica es una palabra autocomplacencia. Tambien ha habido unas gotas de mala suerte con las lesiones, y mala planificacion de la plantilla, pero se vio venir que ya estaban agusto con lo conseguido en diciembre.
Lo único que deseo es que el que manda en el club, sea quien sea lo arregle en forma de despido de las personas que provocan esta situación.
Gracias por estar ahí, y por explicarnos lo que pasa a veces, eres un punto de vista muy clarividente.
Un saludo amigo
@GautierDurant