¿PRUEBA DE NIVEL CHAMPIONS?: SUPERADA

"Muy bien, pero la próxima vez la pasas campeón"

Real Madrid 2 - Milán A.C. 0

A las ocho de la noche el madridismo se convocaba en pleno, con una enorme ilusión, deseando asistir a la confirmación de este equipo ante un rival, a priori, de su nivel. Ya avisé con antelación que en caso de atropello a los milanistas, ya se oirían voces minusvalorando al segundo equipo con más Copas de Europa del mundo.

Y como el atropello se consumó, hoy nos desayunamos con un sentir generalizado por lo mal que envejecen algunos. La verdad es que no se han atrevido con “geriátrico” ni con “asilo” o “residencia dorada”. El año pasado ya los etiquetaron así antes de jugar y cuando ganaron el problema era del Madrid.

Pero esas minucias no son capaces de restar brillo a la victoria de anoche. El Real Madrid no es que presentara su candidatura a ganar la Champions, mayormente porque ahora eso no toca. Ahora está la fase de grupos y toca clasificarse como primeros de grupo. Y esa candidatura no sólo se presentó sino que casi se consiguió. Tres partidos. Nueve puntos. Ningún gol en contra. Inmaculada trayectoria, blanca.

Y vuelve esa sensación de que si no ganamos, que ya se verá, si volvemos a contar en Europa. Hoy he hecho un ejercicio que resulta muy clarificador, y que hago de vez en cuando, y es consultar las casas de apuestas. El cambio de ayer a hoy es muy significativo. La cotización ha subido de forma apreciable. Por algo será, que estos son profesionales, no el pulpo Paul.

Esa alza en la cotización es debida a la sensación de poderío, de firmeza y de solidez que transmite este equipo. Aunque nos encontramos dos goles de reintegro, la sensación global tras el partido es de optimismo. Y con bases sólidas, sustentadas en que la portería está asegurada por el mejor portero del mundo (la parada a la falta de Pirlo fue majestuosa), una defensa que sin Ramos, Albiol y Garay se antojó monolítica, sobria y segura. Una media que no solo construye, su voracidad ante los contrarios los aturde y desespera, con un Alonso que está convirtiéndose, poco a poco, en piedra angular del proyecto blanco. Y una delantera que se sobrepone a sus propios fallos e individualidades, aunque es verdad que de la últimas cada vez son menos. Con un Di María que como al hijo travieso pero responsable, se le perdonan sus afanes por marcar al anteponer una enorme capacidad de sacrificio en defensa. Es la punta de lanza del esquema defensivo, su primera presión sobre la salida del balón es impagable, anoche lo comparaban con Etoó en esa faceta y la verdad es que la considero muy acertada.

Si pedían un rival de nivel, que sirviera de piedra de toque, lo tuvimos. Si pedían resultado, pudo ser más amplio. Si esperaban a Ozil ante Gattusso, ya vieron el resultado. Y si querían despejar la duda de Marcelo ante Pato, supongo que con la próxima titularidad en Brasil quedará despejada. Otra cosa sería impensable. Si se temía a Ibracadabra y a Robinho “camisinhas”, éstos se encontraron con dos ogros portugueses que hicieron que todos los niños de España durmieran felices y contentos. Libres de pesadillas y con una sonrisa de esperanzado optimismo en la cara, sabedores de que pronto sus camisetas blancas volverán a lucir orgullosas al sol del recreo.
Foto: Corazón Blanco